La maternidad puede ser una elección. La fertilidad femenina tiene su punto máximo a los 25 años, cuando comienza lentamente a declinar. Sin embargo, la ciencia ofrece alternativas, como la posibilidad de «preservar la fertilidad», mediante un procedimiento de vitrificación de los óvulos de la mujer.
La técnica consiste en estimular los ovarios con hormonas para que se produzcan varios embriones –la cantidad dependerá de la capacidad de respuesta del organismo-, luego se aspiran los folículos que contienen los óvulos y se congelan para su conservación. La vitrificación es un método criogenético con descenso brusco de la temperatura que permite lograr muy buenos resultados a futuro.
Cada mujer cuando nace trae consigo determinada información que «dice» cuánto va a durar la vida útil de sus ovarios desde el punto de vista reproductivo. En este contexto la preservación es una forma de planificación familiar.
«Muchas de las mujeres que no vitrifican sus óvulos hoy probablemente serán las que mañana deban recurrir a técnicas de fertilización asistida», aseguró el doctor Sergio Pasqualini (MN 39914), director científico de Halitus Instituto Médico y presidente de Fundación Repro.
Y tras recomendar que «lo ideal es preservar óvulos antes de los 35 años, ya que el declinar de la función ovárica no lleva sólo a menor producción con la estimulación, sino también a menor calidad», el especialista destacó que «si la mujer tiene más edad es posible pero es importante consultar para evaluar la reserva ovárica».
Dicha estimación se logra por medio de la determinación de hormonasy de una ecografía ginecológica realizada por vía transvaginal en los primeros días del ciclo.
Es importante tener en cuenta que hay mujeres que poseen una reserva ovárica subóptima, o que se las estimula y no responden en forma adecuada, y eso no significa, necesariamente, que no puedan embarazarse en forma natural.
En cada intento, el objetivo es criopreservar la mayor cantidad de óvulos posibles porque no todos fertilizan, y no todos los que fertilizan evolucionan. Por eso es bueno tener reservados para varios intentos. Para aumentar la cantidad es posible realizar estimulación en más de una oportunidad. Siempre que con el primer intento se hayan obtenido óvulos de aceptable aspecto (morfología) porque si así no fuera, y fuesen de pobre aspecto, no se justificaría sumar óvulos que tuviesen poca o nula chance a futuro.
Los embriones pueden permanecer criopreservados muchos años. El récord mundial pertenece al centro que dirige Pasqualini, con una beba nacida de un óvulo congelado durante 14 años.
Llegado el momento en que se desee el embarazo, si éste se logra naturalmente, los óvulos criopreservados quedarán para intentarlo el día en que se desee un embarazo y este no se logre en forma natural. En caso de conformar la familia deseada los óvulos que quedasen criopreservados pueden ser descartados (son células, equivalentes a los espermatozoides en el hombre) o donados.