El 28 de marzo se realiza la 2 edición de la EndoMarch, una marcha mundial para crear conciencia sobre la endometriosis. En ese marco es importante saber cuál es su relación con la infertilidad: el 40% de las mujeres con dificultades para lograr el embarazo y del 8% al 10% de las mujeres en edad reproductiva padecen de endometriosis.
Sergio Pasqualini, director científico de Halitus Instituto Médico y presidente de Fundación REPRO, explicó que, en muchos casos, «no es relevante saber si la mujer padece o no de endometriosis cuando se encara un tratamiento de infertilidad».
En ese sentido, Pasqualini señaló que «hay mujeres que tienen endometriosis y pueden lograr el embarazo incluso desconociendo que la poseen, existe otro grupo que no logrará el embarazo por otros motivos y finalmente, un grupo no logrará la gestación a causa de esta dolencia».
Se denomina endometriosis al tejido endometrial ubicado por fuera de la cavidad uterina: en la cavidad peritoneal, en la pelvis o puede ser a distancia también- cosa menos frecuente- y puede presentarse en forma de quistes en los ovarios cuyas imágenes ecográficas son características y posibilita realizar el diagnóstico por ecografía.
La relación con la infertilidad
«El grado de la enfermedad determina en gran medida los mecanismos de la infertilidad relacionados a la presencia de endometriosis. Algunos estudios apuntan que la presencia leve -grado I o II- provoca un proceso inflamatorio que dificulta el buen funcionamiento ovárico, tubárico, peritoneal y endometrial generando que la génesis folicular – el proceso de maduración de un óvulo-, la fertilización y la implantación sean defectuosas. En casos de búsqueda de embarazo; la permeabilidad de las trompas, la cantidad de espermatozoides aceptable y que la paciente esté calificada para el tratamiento permite realizar una inseminación intrauterina que puede resultar en embarazo», dijo el especialista en fertilidad.
Otros estudios sostienen que existe una relación entre endometriosis moderada y severa y la infertilidad. Así, establecen que las adherencias provocadas por una endometriosis de mayor grado evitan la liberación del ovocito, bloqueando el ingreso de los espermatozoides en la cavidad peritoneal o inhibiendo la llegada a las trompas de Falopio.
Pasqualini comentó que «en casos de endometriosis quística de ovarios, no siempre es recomendable realizar una cirugía para extirparlos».
«La intervención es relevante en estos casos y la conveniencia o no de realizarla es tema de evaluación médica, porque es posible que una mujer logre el embarazo aún con la presencia de los quistes o, en caso de realizar una fertilización in Vitro, no es imprescindible extirparlo previamente. Por otra parte, no hay que perder de vista que cada cirugía de un quiste inevitablemente implica extirpar también tejido sano, afectando así la vascularización del ovario, y, en el caso de recidiva (nueva aparición), cada nuevo procedimiento reduciría la masa ovárica, que en definitiva es la contiene los óvulos (a menor masa ovárica, menor cantidad de óvulos)», remarcó.
El experto dijo que «hace unos años, al comenzar un tratamiento de fertilidad solía realizarse una laparoscopía para determinar la presencia o el grado de endometriosis de una paciente. Actualmente, si se lleva adelante una laparoscopía y se halla endometriosis, es considerado un elemento a tener en cuenta pero no puede establecerse que esa fuera la razón que impedía el logro del embarazo. Cada caso deberá ser evaluado individualmente, considerando las características propias, los deseos de embarazo de esa mujer, el grado y el tipo de endometriosis. De allí que los tratamientos posibles son absolutamente particulares y pueden presentar más de una opción para esa paciente».