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Por: Revista Saber Vivir | 16/05/14

Secretos alimentarios para una buena lactancia


La alimentación juega un rol fundamental en la calidad de la leche producida por la madre. Es más, según especialistas, su composición guarda relación con la dieta materna. En esta nota presentamos cuales son los secretos para lograr una buena alimentación.

Las necesidades calóricas durante la lactancia están relacionadas con la cantidad de leche producida, esto es, aquella mujer que amamanta de forma exclusiva necesitaré mayor ingesta calórica que aquella que lo hace acompañada de complemento. Estos requerimientos se cubren, en parte, con las reservas de grasas almacenadas durante el embarazo, que normalmente se utilizan en los primeros meses de la lactancia. El resto de las calorías necesarias son aportadas con la dieta.
Según la Licenciada Lucia Molina, nutricionista de Halitus Instituto Médico, es necesario planificar un plan alimentario que refleje el aumento de peso logrado durante el embarazo y el peso de ese momento. “La alimentación requiere de supervivencia médica para asegurarse de que la mujer no lleve adelante restricciones que puedan afectar la buena composición nutricional de la leche materna, y afectar así el desarrollo correcto del bebé”.

Secretos para una buena lactancia

Es la succión del bebé el principal regulador del volumen de leche producida por una mujer que amamanta, por lo tanto, es muy relevante la alimentación materna en la calidad de esa leche –especialmente en el caso de los micronutrientes- pero no en la cantidad.
Es importante que la mamá ingiera suficientes líquidos y que pueda descansar porque también estos factores inciden sobre la cantidad de leche producida.
Es recomendable no saltear comidas porque de esa forma la producción de leche mantiene constante a lo largo del día.
Consumir carnes magras y legumbres, aceites vegetales y pescados.
Las colaciones frecuentes aportan las calorías necesarias: los cereales integrales, yogures descremados, frutas y especialmente frutos secos son alimentos ideales para consumir entre horas.
Al momento de amamantar, disponer de un vaso o botella con agua, ya que muchas mujeres suelen experimentar “ataques de sed” en dicho momento en respuesta a la bajada de leche.
En general no hay restricciones de alimentos durante la lactancia. Sin embargo, en casos de historia familiar de alergias (la más común es a la proteína de leche de vaca) conviene consultar con el pediatra para evaluar la necesidad de retirar ciertos alimentos de la dieta materna, sobre todo si el niño ha producido algún síntoma o reacción.
Conviene eliminar el alcohol sobre todo en los primeros meses de vida cuando es muy alta la frecuencia de mamadas. El alcohol aparece en la secreción láctea casi en la misma cantidad que en sangre. “A la media hora de haber tomado alcohol se produce el pico máximo en sangre”, agrega la nutricionista.
Al igual que el alcohol, la cafeína aparece en la leche materna y puede ser un factor que genere excitación en el niño. Se recomienda limitar a 1 o 2 pequeñas tazas de café por día. Si se acostumbra a beber más, puede optarse por café descafeinado.
Algunas evidencias sugieren que el consumo de levadura de cerveza, ayuda a complementar la dieta y a producir leche en cantidad suficiente, por su aporte vitamínico.

Qué alimentos elegir

Durante la lactancia, la dieta materna debería contener los siguientes alimentos:
• Leche, yogur y queso: ingerir por lo menos 4 porciones
• Carnes, aves, pescados, legumbres, huevos: ingerir 2 porciones
• Verduras: ingerir por lo menos de tres a cinco porciones
• Frutas: ingerir de dos porciones (incluir al menos 1 cítrico)
• Panes, galletitas, cereal, arroz y pastas: deberá ser evaluada la cantidad y ajustada a las reservas grasas presentes luego de la gestación, a la actividad física materna, el retorno al trabajo, etc.
• Grasas, aceites y dulces: es importante incluir aceites vegetales que nos aporten ácidos grasos insaturados de cadena larga. También podemos encontrarlos en frutos secos y pescados grasos.
Aquellas mujeres que desean bajar de peso en esta etapa, pueden llevar adelante un plan con restricciones moderadas – siempre bajo supervisión profesional- que incorpore los nutrientes necesarios para lograr producir una calidad adecuada de leche.

Calidad de leche

En busca de perder el peso ganado durante los nueves meses de embarazo, algunas mamas seleccionan los alimentos que ingieren, con el riesgo de estar mal alimentadas. Los menús post parto deben ser diseñados por especialistas en nutrición, para que la leche materna no pierda calidad ni nutrientes necesarios para el bebé. “La incorporación de diferentes elementos a su dieta llevará a que el descenso sea menos brusco y que en el camino, no se pierdan micronutrientes importante que su alimentación deberá aportar a la leche materna para el buen crecimiento del bebé”, agrega la médica consultada.
La alimentación variada de la mamá derivará en una calidad de la leche que sea la apropiada para el bebé en desarrollo. El consumo de carnes magras y legumbres le otorgará las proteínas y aminoácidos esenciales requeridos. Los aceites vegetales y los pescados aportan ácidos grasos insaturados que son importantes para el desarrollo del sistema nervioso del bebé y, además, el consumo de estos ácidos grasos (omega 3 principalmente) se ha relacionado con el desarrollo cognitivo del niño.
“Si la mamá tiene mucho apetito en la etapa de la lactancia, sería importante recurrir a las colaciones frecuentes, que son una buena forma de otorgar calorías a lo largo del día”, dice Molina. Y agrega: “No perdamos de vista que el cansancio y el desorden de horarios típico de esta etapa, aumentan la importancia de las comidas frecuentes y en pequeña cantidad. Incluso es relevante la ingesta suficiente de líquidos, especialmente porque algunas mujeres pueden tener mucha sed durante el momento de amamantar”.

Mitos y verdades

La madre que lacta debe ser obsesiva con su alimentación.
Falso. La mujer que da el pecho debe llevar una dieta balanceada, que cubra todos los nutrientes que necesita. No requiere de la ingesta de alimentos especiales. No necesita tomar leche para producir leche. Solo debe alimentarse sanamente.
Debe comer mayor cantidad de alimentos.
Falso. Debe comer todo lo necesario para cubrir los requerimientos nutricionales y que la dieta sea balanceada. Aunque no se recomienda seguir dietas para adelgazar muy estrictas durante los primeros 6 meses posteriores al parto.
Debe ingerir calorías extra.
Falso. Habitualmente se dice que una madre que da el pecho debe consumir 500 calorías extras por día, para poder amamantar correctamente. Esto no es así.
Durante la lactancia se debe ingerir mucha más cantidad de líquido.
Falso. Se debe beber cada vez que se sienta sed.
Después de una rutina de ejercicios no se debería dar de mamar.
Falso. No hay absolutamente ninguna razón para que la madre pueda dar el pecho a su bebe después de realizar ejercicios físicos.
Amamantar consume el calcio de los dientes y produce caries.
Falso. Es frecuente escuchar a las madres decir “cada embarazo me cuesta un diente” o “tengo muchas caries porque el bebe me sacó todo el calcio”.
Nada más erróneo. Las caries se producen por otros mecanismos que son factibles de prevenir. Las embarazadas y las mamas que amamantan tienen un riesgo aumentado, pero no están condenadas a que esto les suceda. Realice una consulta con el odontólogo, quien será el encargado de hacer un correcto diagnóstico y brindarle las medidas preventivas adecuadas para conservar la salud bucal.

Menú para amamantar

La mujer que amamanta no debe comer por dos, pero si preocuparse por llevar adelante un plan de alimentación sano, variado, equilibrado y que cubra todos los nutrientes que necesita para alimentar correctamente a su hijo. Su dieta no tiene que cumplir ningún requisito especial. Se debe respetar el horario de las comidas y hacer de 4 a 6 ingestas diarias.

Menú semanal
Desayunos y meriendas: infusión, 1 taza de leche, pan lactal o galletitas o tostadas, queso untable, port salut o mermelada.

Lunes
Almuerzo: Paella vegetariana (arroz integral + calabaza, zanahoria, ají, tomate).
Cena: Colita de cuadril + ensalada de espinaca + radicheta +champiñones.

Martes
Almuerzo: Medallón de carne a la plancha con 1 tomate cortado al medio, con orégano.
Cena: Ensalada colorida (zanahoria, huevo, palmitos, arvejas, kani kama y mayonesa light).

Miércoles
Almuerzo: Pechuga de pollo grillada, con ensalada de chauchas y huevo.
Cena: Salpicón de lentejas con zanahoria + cebolla + apio y tomate.

Jueves
Almuerzo: Bifes a la criolla con papas al natural.
Cena: Filete de merluza con ensalada a lección, de 3 vegetales diferentes.

Viernes
Almuerzo: Tarta de verduras
Cena: Suprema de pollo al romero, con ensalada de remolacha y zanahoria.

Sábado
Almuerzo: Tomate relleno con atún+ arvejas + zanahoria rallada + arroz + mayonesa light.
Cena: Revuelto de zapallitos

Domingo
Almuerzo: Vacío a la parrilla, con ensalada mixta.
Cena: Budín de zapallo y zanahoria gratinado con queso port salut.
Después de cada comida se recomienda agregar una fruta como postre.

Suplementos: Cuando son necesarios
En algunos casos es importante mantener una suplementación con vitaminas y minerales: las vegetarianas estrictas, deben incorporar multivitamínicos y minerales, especialmente que contengan vitamina B12). A las mujeres que quedan anémicas después del embarazo se les debe suministrar hierro. A las mujeres que suprimen los lácteos por alergia a la proteína de leche de vaca, se les de calcio.

Fuente: Revista Saber | Vivir 21.10.13