Desde 1960, cuando el hallazgo de la primera píldora aprobada en Estados Unidos por la Administración de Comidas y Drogas (FDA) creo una revolución, mucho ha cambiado el mundo y también las píldoras. Socialmente, la maternidad se tornó una elección al punto tal que el aumento, con el tiempo, de la postergación de esa decisión la ha llevado incluso a límites en los que hoy es necesario recomendar la criopreservación para no perder oportunidades de cumplir el sueño de ser madres con su propio material genético en un futuro próximo.
Como método anticonceptivo también ha cambiado mucho desde aquellas primeras píldoras eficaces pero con altos riesgos y efectos colaterales. El Dr. Sergio Pasqualini, Director Científico de Halitus Instituto Médico explica: “Hoy los avances médicos permiten contar con píldoras con cantidades reducidas de hormonas e igual de efectivas. Pero, además, pueden mencionarse algunos beneficios que no están relacionados con la anticoncepción. Lo primero que hay que mencionar es que son de utilidad para la regulación de los períodos menstruales. Como tratamiento de períodos irregulares, demasiado copiosos o incluso dolorosos. Pueden verse efectos beneficiosos no solo sobre la regularidad del ciclo menstrual, sino también la disminución de la dismenorrea –dolor menstrual- y la cantidad de sangrado y el control de los síntomas premenstruales que afectan a tantas mujeres. Varios estudios han probado que en casos de dismenorrea, cuando el dolor está ligado al exceso en la producción de prostaglandinas, la inhibición de la ovulación puede ser una buena forma de mejorar los síntomas”.
Pero, asegura el médico, no solo inciden positivamente sobre el ciclo menstrual, también hay otros beneficios: “Funcionan como protección contra varios cánceres –como el de ovario, el colorectal o el de cuello uterino-, benefician la preservación de la densidad ósea y muchos estudios muestran que las mujeres que toman píldoras ven reducida la posibilidad de presentar anemias. Estos beneficios se relacionan con que las píldoras funcionan disminuyendo la cantidad de ovulaciones, de flujo sanguíneo menstrual y la frecuencia de los períodos”.
Sobre la masa ósea, el médico refiere: “Más del 90% de la masa ósea femenina se adquiere durante la adolescencia, antes de los 20 años y durante los 30 años en adelante llegando a un pico máximo a los 30-35 años. En todo ese proceso los estrógenos juegan un rol principal porque su carencia puede derivar en una menos densidad mineral ósea. Es aporte estrogénico de las píldoras combinadas entonces, favorecerían la preservación de la masa ósea”.
Según el Dr. Pasqualini, “También es importante mencionar los beneficios para el tratamiento del acné, el hirsutismo y la caída de cabello. Todas las mujeres producen en el ovario una cantidad de hormonas masculinas. Al producir una cantidad excesiva de esas hormonas, la mujer puede ver cómo el crece vello sobre el labio, en la barbilla, y en otras zonas del cuerpo; esto se conoce como hirsutismo. La ingesta de píldoras puede reducir esos andrógenos mejorando el hirsutismo y, por las mismas razones evitando la caída de cabello. En el caso del acné, una afección que suele tener muchas consultas entre mujeres jóvenes, puede estar entre las opciones de tratamiento porque los anticonceptivos combinados aumentan los niveles circulantes de la hormona SHBG reduciendo así los niveles de testosterona y mejorando el cuadro”.
Beneficios en casos de endometriosis
Una mención no menor, merece la endometriosis. Esta enfermedad que afecta aproximadamente a casi 8 al 10% de mujeres en edad reproductiva a nivel mundial se caracteriza por la presencia de tejido endometrial fuera del útero. “Todos los meses el endometrio – la capa interna del útero- pierde su parte superficial, que se descama y produce la menstruación. Se denomina endometriosis al tejido endometrial ubicado por fuera de la cavidad uterina, en la cavidad peritoneal, en la pelvis, puede ser a distancia también- cosa menos frecuente- y puede ser en forma de quistes en los ovarios cuyas imágenes ecográficas son características y posibilita realizar el diagnóstico por ecografía. Si bien en ocasiones puede ser asintomática, hay algunos síntomas a tener en cuenta dismenorrea, cólicos o dolor durante el período menstrual, cambios intestinales durante el período menstrual, infecciones urinarias frecuentes o irritación en la zona durante el período menstrual y dolor durante el coito. Así como la progesterona limita el crecimiento del endometrio, los progestágenos presentes en las píldoras anticonceptivas pueden provocar lo mismo y de esta forma disminuir los dolores asociados a esta enfermedad”, expresa el especialista en fertilidad.
¿Qué tener en cuenta a la hora de recurrir a la anticoncepción oral?
“La mayor parte de las píldoras anticonceptivas contienen un progestágeno para evitar la ovulación y estrógenos para estabilizar el endometrio y reducir las pérdidas entre ciclos. Si bien existen algunas, llamadas minipíldoras, que únicamente poseen progestágenos y suelen ser indicadas para aquellas pacientes que no pueden recibir estrógenos. En algunos casos, pueden tener drospirenona, que tiene más propiedades antiandrogénicas. Pero en cualquier caso, es importante saber que la anticoncepción oral no está indicada para cualquiera y que es necesario realizar algunos estudios previos antes de que una mujer decida recurrir a las pastillas anticonceptivas. La Organización Mundial de la Salud, ha establecido criterios médicos sobre quienes deberían evitar el uso de este tipo de anticoncepción, quienes debería utilizarlo con cautela, para quienes las ventajas son mayores a los riesgos de utilizarla y quienes pueden usarla sin restricción alguna y los médicos debemos atenernos a ello”, asegura el Dr. Pasqualini.
Criterios de la OMS:
-Quienes deberían abstenerse de usarla: mujeres en período de lactancia, aquellas con tromboembolismo venoso, con enfermedad arterial coronaria o cerebrovascular, con enfermedad estructural cardíaca, con diabetes con complicaciones, con cáncer de mama, embarazadas o mujeres con sospecha de embarazo, aquellas que presenten una hepatopatía, o cefaleas con síntomas neurológicos focales o se hayan sometido a una cirugía mayor con inmovilización prolongada. También deberían evitarlo las mujeres mayores de 35 años y que fumen más de 20 cigarrillos diarios y quienes padezcan de hipertensión arterial mayor a 16 o que tengan enfermedad vascular concomitante.
-Quiénes deberían recurrir a la píldora pero con cautela: Aquellas mujeres que aún no han pasado 21 días desde el parto, o que presentan sangrado vaginal o uterino no diagnosticado, o historia de cáncer de mama pero sin recurrencias en los últimos 5 años, o colescitopatía o mujeres mayores de 35 años que fuman menos de 20 cigarrillos diarios.
Pasqualini agrega: “También deberían tenerse en cuenta las posibles interacciones farmacológicas. Todo esto es fundamental tenerlo en cuenta a la hora de orientar a una mujer en la elección del método anticonceptivo. Por eso siempre recomendamos que no tomen lo que les ofrece una amiga sino que se acerquen y consulten en primera persona”.