“Más allá del valor anecdótico de que estos dos embarazos con óvulos criopreservados por períodos récord se hayan logrado en Argentina, y el orgullo que significa para Halitus como institución el haberlo conseguido, el hecho en sí tiene una relevancia que vale la pena comentar a la luz de distintas consideraciones”, refiere su Director Científico, el Dr. Sergio Pasqualini.
Mientras que en 1970, las mujeres en los países desarrollados daban a luz a su primer hijo antes de los 25 años, este promedio con el tiempo ha ido en aumento y actualmente ronda los 28 años. La postergación del primer parto se adjudica a distintos factores, entre ellos a la búsqueda de mayor seguridad económica, y al aumento de la proporción de mujeres que elige encarar una carrera profesional.
Es un dato conocido que la fertilidad femenina sufre las consecuencias de la edad de tal manera que las probabilidades de lograr un embarazo van disminuyendo paulatinamente a partir de los 30 años, este fenómeno se hace muy notable rondando los 40 y, al llegar a los 45 años, resulta casi imposible que una mujer pueda concebir un bebé con sus propios óvulos.
Mónica y Eleuterio se ven tranquilos y a la espera. Mucho fue el esfuerzo para llegar hasta aquí y así lo manifiestan. Pero hoy disfrutan junto a su hijo Nicolás de la espera de este bebé deseado. Pasqualini explica: “Para postergar la maternidad evitando el efecto de la edad sobre la calidad de los óvulos, una opción puede ser el uso de la criopreservación. Si bien el primer embarazo con óvulos criopreservados se logró ya a principio de los 80, recién hace solamente algo más de una década que la conservación de los óvulos en nitrógeno líquido (-196 º C) mostró cierta continuidad en los resultados, y solo hace unos cinco años que se impuso como un método aceptado en los laboratorios de fertilidad asistida”.