La exposición a la luz solar es fundamental para conseguir vitamina D. Ésta ayuda en la absorción del calcio que permite conservar la fortaleza de los huesos y también para lograr ese bronceado que tan bien nos hace ver y que es la envidia de todos los compañeros de oficina a la vuelta de nuestras vacaciones. Pero la exposición sin protección a los rayos ultravioletas (rayos UV), es el principal factor de riesgo para los cánceres de piel más frecuentes.
El primer cambio que padece la piel ante los rayos solares es el fotoenvejecimiento, que se define como una serie de cambios que sufre la piel como consecuencia de la exposición solar, exagerada o no. Sus principales signos son manchas, arrugas, pérdida de elasticidad, “verrugas” o queratosis, una especie de bulto con escamas en la piel. Existen varias alternativas de tratamiento: los tópicos que emplean ácido retinoico y otros ácidos (tricloro-acético, glicólico, mandélico, etc.), los peelings con láser y la dermoabrasión en sus diferentes formas son algunas de las posibilidades. Pero el riesgo de la exposición solar prolongada es aún mayor.
Los rayos UV
La exposición desmedida a radiación ultravioleta (UV) es el principal causante de cáncer de piel no melanoma ya que daña las células de modo permanente y acumulativo desde los primeros años de vida. Las quemaduras solares, es decir, la aparición de enrojecimiento de la piel luego de la exposición al sol, también es uno de los principales factores de riesgo.
La mayoría de las personas recibe el 50 por ciento de la dosis total de rayos UV en los primeros 20 años de vida, por lo tanto, limitar la exposición durante esos primeros años es fundamental para prevenir a futuro la posibilidad de desarrollar cáncer de piel. Según el Ministerio de Salud, cada tres nuevos casos de cáncer, uno es de piel y por eso es el más frecuente.
Las quemaduras solares se producen cuando el perjuicio provocado por los UV supera la protección que la melanina de la piel puede suministrar. Los rayos UV-A penetran profundo hasta la segunda capa de la piel (dermis) e indirectamente alteran el ADN, aumentando el riesgo de cáncer cutáneo o de piel y provocan fotoenvejecimiento. Por ser una fuente de rayos ultravioletas, la cama solar provee una exposición adicional a UV en épocas del año en que debiéramos estar más protegidos.
Es fundamental el uso diario de protector o pantalla solar y, en especial, si vamos a exponernos al sol en la playa o piscina durante los meses de verano. Se debe utilizar como mínimo factor 15 que debe ser aplicado 30 minutos antes de comenzar la exposición; esto le da al producto tiempo suficiente para absorber. Se debe aplicar una capa generosa y pareja de filtro solar sin olvidar ninguna parte el cuerpo como orejas, pies y manos y renovarlo cada 3 horas, con cada baño o en caso de transpiración excesiva.
Cáncer de piel
Existen dos tipos principales de cáncer de piel: el melanoma, que se genera a partir de las células pigmentarias o melanocitos, y de la epidermis, los carcinomas basocelular y espinocelular. Algunos tumores más raros son los que se desarrollan a partir de otros componentes de la piel (glándulas, células nerviosas, folículo piloso, etc.).
El llamado carcinoma basocelular es considerado el tipo más frecuente de todos los cánceres que puede tener el hombre. El melanoma es, por lo general, una lesión de color negro claro con múltiples colores, distintas tonalidades de marrón, azul, negro, que aparece bruscamente o crece de forma notoria.
Los carcinomas baso y espinocelular tienen aspecto de “grano” rosado o color piel, que no desaparecen sino que tienen tendencia a crecer lentamente y “lastimarse” (ulcerarse) por lo que pueden sangrar.
Existen varias alternativas de tratamiento, la más frecuente es la cirugía. Pero existen otros métodos, dependiendo del tipo, tamaño y localización del tumor:
-La electrocoagulación. Procedimiento por el cual se utiliza una sonda eléctrica caliente para destruir el tejido anormal.
-La criocirugía. Se utilizan bajas temperaturas.
-Cirugía de Mohs. Es un procedimiento quirúrgico en el cual el tejido extraído se observa al microscopio mientras se realiza la cirugía para asegurar la resección completa del tumor. Es el procedimiento de elección cuando los tumores están en zonas que uno quiere preservar tejido como la cara, el cuero cabelludo o el pabellón auricular.
Prevención y tratamientos
El autoexamen de la piel y el examen periódico por parte del clínico o dermatólogo son los chequeos preventivos más necesarios. Esta periodicidad dependerá de los antecedentes de cada persona ya que debe ser más frecuente en quienes han tenido cáncer de piel o de otro tipo, historia familiar de cáncer, piel muy blanca, exposición exagerada a los UV y exposición a drogas o tóxicos favorecedores de cáncer dado que todo ellos son factores de riesgo a tener en cuenta. Las lesiones peligrosas son aquellas que parecen “inocentes” pero persisten en el mismo lugar, crecen y se ulceran.
En el diagnóstico precoz del melanoma, el más peligroso por la rapidez de su extensión y la falta de tratamiento efectivo cuando se demora, hay una regla que se llama la regla del ABCDE. Contempla los diferentes aspectos de una lesión pigmentada, como Asimetría, Borde, Color, Diámetro y Extensión.
El doctor Javier Merediz es dermatólogo de Halitus Dermatología y Estética.
Fuente: Entremujeres.com