El urólogo Andrés Vázquez, Especialista en Andrología y miembro del Departamento de Urología de Halitus Instituto Médico, remarcó que la hiperplasia prostática benigna (agrandamiento no maligno de la glándula prostática) «es una de las enfermedades más frecuentes entre los varones adultos».
Vázquez detalló que este mal «comienza a manifestarse alrededor de la cuarta década de la vida aumentando su incidencia con el pasar del tiempo» y añadió que «a partir de los 60 años, aproximadamente un 50 por ciento de hombres sufren un deterioro en el flujo urinario como consecuencia del aumento del tamaño prostático, requiriendo, muchos de ellos, tratamiento».
La próstata es una de las glándulas sexuales del hombre, se encuentra por debajo de la vejiga (lugar de almacenamiento de orina) y rodeando a la uretra (conducto que permite que la orina salga de la vejiga hacia el exterior).
Esta glándula produce más del 90 por ciento del líquido seminal, enriqueciendo con sus nutrientes a los espermatozoides provenientes de los testículos y su tamaño se asemeja al de una nuez.
«La próstata experimenta un crecimiento durante la pubertad manteniéndose su tamaño hasta la edad adulta. Con el pasar de los años, se observa un agrandamiento anormal que comprime la uretra, conducto al cual rodea lo que suele ocasionar problemas urinarios», detalló el urólogo.
El especialista destacó que «el agrandamiento benigno de la próstata se manifiesta en forma lenta y progresiva».
En ese sentido, comentó que la obstrucción a la uretra produce síntomas como:
· Retardo en el inicio de la micción
· Chorro de orina débil, muchas veces entrecortado
· Falta de fuerza en el chorro miccional
· Vaciado incompleto de la vejiga
· Aumento de la frecuencia de micción durante el día
· Urgencia miccional, sensación de no poder retener la orina
· Necesidad de levantarse por la noche para orinar
· Hacer fuerza abdominal para aumentar el flujo de orina
· Goteo de orina posterior a cada micción
«A medida que pasa el tiempo, sino se instaura un tratamiento, los síntomas progresan. La vejiga, intenta vencer la obstrucción aumentando la presión de vaciamiento hipertrofiando su musculatura. La pérdida gradual de la función de la vejiga, resulta de un vaciamiento incompleto de la misma. La orina acumulada, la cual no pudo eliminarse durante la micción, se puede convertir en un factor predisponente a infecciones urinarias y cálculos vesicales», indicó el médico.
Vázquez puso de relieve que «con una simple visita al urólogo se puede mejorar los trastornos miccionales y prevenir enfermedades más severas tales como el cáncer de próstata».
«En el año 2009 la American Urological Association (AUA) en sus nuevas pautas sugiere un control prostático anual en hombres a partir de los 40 años y a partir de 35 años en aquellos que tengan antecedentes familiares de cáncer de próstata», detalló.
El chequeo prostático anual consta de:
· Historia clínica: El interrogatorio estará enfocado a la búsqueda de síntomas de obstrucción urinaria.
· PSA: El antígeno prostático específico, más conocido por sus siglas en inglés (PSA) es una proteína producida por las células prostáticas que se vuelca a la sangre donde se puede medir para el diagnóstico, pronóstico y seguimiento del cáncer de próstata.
«No necesariamente un PSA aumentado significa presencia de células malignas. El examen del PSA no puede diagnosticar el cáncer; sólo una biopsia prostática puede hacerlo. El antígeno prostático específico no solo aumenta en el cáncer de próstata sino también en inflamaciones prostáticas y en el crecimiento benigno de la próstata», comnentó el urólogo.
· Tacto rectal: Es un procedimiento sencillo de alta efectividad en la detección de enfermedades prostáticas.
A través del tacto rectal se puede palpar la próstata. Dicho estudio nos informa sobre el tamaño, la consistencia, la sensibilidad y presencia de lesiones sospechosas prostáticas.
El médico puede complementar los estudios diagnósticos con una ecografía y una uroflujometría (estudio que evalúa la rapidez con que fluye el chorro de orina).
El PSA y el tacto rectal son herramientas críticas para la detección temprana del cáncer de próstata. Son importantes ambos métodos, ya que se complementan Es mucho lo que se avanzó en la curación de enfermedades prostáticas.
«El objetivo es el diagnóstico temprano y la prevención es la clave para evitar problemas futuros. La mejor manera de prevenir los problemas prostáticos es visitando a su urólogo anualmente a partir de los 40 años», concluyó.
Fuente: terra.com.ar