Lograste que tu bebé se durmiera temprano, reina la paz en casa y por fin se encuentran a solas con tu marido. En una película, el desenlace sería con caricias fogosas y besos encendidos. Sin embargo, es probable que en lo único que pienses sea en aprovechar para dormir, eso que ya casi nunca haces. «El nacimiento de un hijo es de gran trascendencia en Ia vida de una pareja. Es muy potente Ia presencia del nuevo ser amado y deseado, pero que también demanda todo el tiempo a Ia mamá», explica la Dra. Graciela Scagliotti, ginecóloga, docente de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Favaloro.
Respeta tus tiempos
Cuándo retomar las relaciones sexuales es una decisión tuya y de tu pareja, nadie puede decirte el día. Aún así, la Dra. Scagliotti sostiene que un parámetro para reiniciar las relaciones sexuales podría ser la cesación de las pérdidas sanguíneas (loquios). «En un puerperio fisiológico, los loquios van cambiando su aspecto. Alrededor del día 16 después del parto desaparecen, dando lugar a una amenorrea (ausencia de menstruación) prolongada. Pero Ia ocupación maternal, la falta de sueño y el reacomodamiento al quehacer cotidiano pueden llevar más tiempo. Tampoco es lo mismo si hubo una episiotomía, o una cesárea. Ambas cicatrices demandarán un tiempo de consolidación mayor de los tejidos involucrados. El tiempo esperado para ambos casos es de alrededor de dos meses», agrega la especialista. Por su parte, la Dra. Beatriz Literat, sexóloga a cargo del Departamento de Sexología de Halitus Instituto Médico, manifiesta: «Los principales problemas sexuales no son como consecuencia del parto o cesárea, sino del cansancio de la mujer que amamanta. Mi recomendación es que, cuando ella termine de amamantar, el marido la reemplace y se ocupe de hacer dormir al bebé o cambiarlo, para que pueda descansar» Y agrega que en el posparto se libera la hormona prolactina (que estimula y regula la producción de leche por las glándulas mamarias), que contrarresta el efecto de la testosterona, encargada de incrementar la libido.
De a dos
El miedo es el mayor enemigo de la vuelta a la sexualidad placentera. Se teme al dolor, hay culpa por distraer la atención del bebé, y a la vez, se batalla por complacer al otro en la pareja, que probablemente haya quedado relegado hacia el final del embarazo. La inclusión del padre es crucial para un crecimiento armónico de la nueva familia. La comprensión, la tolerancia, el diálogo fluido y sincero son los mayores aliados del retorno al placer. «Tener sexo no significa solamente penetración, sino también juego erótico y ternura. Es muy auspicioso que los nuevos padres compartan sus emociones en un momento tan especial. Cada pareja tiene sus códigos, así que yo no le daría ninguna importancia a las posiciones para tener sexo, sino más bien al acercamiento amoroso que motive e impulse al contacto, al intercambio de palabras y pensamientos amorosos, que son los que permiten a Ia pareja relajarse y dejarse llevar, en Ia seguridad de que su compañero lo cuida, respeta y protege», detalla la Dra. Literat. Entonces, la recomendación de la especialista es comenzar a retomar la sexualidad sin penetración, porque no molesta a la madre, pero además porque le permite volver a tomar confianza. La sexóloga aconseja que, si pasados los tres de meses del nacimiento no se retomaron las relaciones sexuales, se consulte a un especialista.
Opciones anticonceptivas
El otro miedo latente a la hora de volver a tener sexo es a la fertilidad, ´los métodos anticonceptivos surgen en el proyecto de Ia pareja en esta nueva etapa. Aunque ningún método es infalible, si Ia mujer entró en un régimen de lactancia materna exclusiva, está asegurada la ausencia de ovulación en el 98% de los casos, siempre que Ia frecuencia de Ia alimentación sea constante, aún en horas de Ia noche, y que no se le dé por boca nada más que la teta. No debe extenderse por más de seis meses. La forma de acción es Ia anovulación, por la continua liberación de prolactina y oxi-tocina, que inhiben a la hormona liberadora de gonadotrofinas. Este método es conocido como el método MELA (Materna Exclusiva – Lactancia Amenorrea)» explica la Dra. Scagliotti. Otro método es la minipíldora o POP (Progesterone Only Pill), que es un anticonceptivo que contiene sólo progesterona. Actúa modificando el moco cervical, haciéndolo hostil a los espermatozoides. Un buen método es el DIU (Dispositivo Intra Uterino) que no tiene contraindicaciones durante la lactancia. Los anticonceptivos que llevan en su composición estrógenos y progesterona están contraindicados durante la lactancia, porque causan complicaciones en el desarrollo del bebé. Por otro lado, al ser el puerperio un estado de hipercoagulabilidad, los comprimidos que contienen estrógenos aumentan este efecto.
Asesoraron: Dra. Graciela Scagliotti, ginecóloga, docente de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Favaloro, M.N. 41.168, y Dra. Beatriz Literat, sexóloga a cargo del Departamento de Sexología de Halitus Instituto Médico, M.N. 50.294.