Se lo dijo hace a poco a Pronto: «Quiero tener más hijos y lo voy a lograr. Soy una mujer que todo lo que se pone en la cabeza lo logra, una sagi-tariana a la que nada detiene, por más piedras que le pongan en el camino». Y cumplió: Marisa Brel está a punto de alquilar un vientre en Estados Unidos para tener un hijo.
La periodista ya es madre de Paloma (8), a quien tuvo gracias a un tratamiento de fertilización asistida. Le llevó dos años de intentos y la experiencia fue tan fuerte que escribió un libro, «Voy a ser madre… a pesar de todo», que relata lo vivido. Luego hizo cuatro intentos más de quedar embarazada pero no tuvo suerte. Por eso siguió con su búsqueda pero por otras vías. La primera opción que pensó fue la de la adopción pero le dijeron que el trámite podría demorar hasta, ocho años. Brel y su marido, el director de teatro Carlos Evaristo, no estaban dispuestos a esperar tanto por lo que iniciaron las consultas para alquilar un vientre en Estados Unidos donde esa técnica es legal. El embrión será de ella y soló deberá usar el vientre de otra mujer. Marisa Brel pasó todo el mes de junio en Miami, donde se alojó en los departamentos de las exclusivas torres Trump. Viajó junto a Paloma y la conductora de América Noticias, Mercedes Matí que también llevó a su hija, Natasha. Brel aprovechó la estadía para empezar las averiguaciones. Su médico, Sergio Pasqualini, le recomendó que consulte al doctor Fernando Akerman, un argentino que vive hace 20 años en Miami y es uno de los especialistas más prestigiosos en fertilización in vitro y alquiler de vientres. Con él se atiende Florencia de la Ve, así como antes lo hicieron Ricardo Fort y Ricky Martín. Akerman le realizó todos los estudios correspondientes a Brel que por suerte dieron bien. También la conectó con Souad Dreyfus, dueña de Open Arms Consultants, la agencia encargada de conseguir a la madre sustituía o «ca-rrier» como la llaman allá. Ya hay una candidata elegida y Brel habló por teléfono con ella. «Vamos a atravesar parte del embarazo juntas -aseguró-. Es un acto de amor que dos mujeres puedan compartir un embarazo». La1 parte legal está en manos de la abogada Ana Rosenfeld que también se encontraba en Estados Unidos. Según establecen las leyes locales, el bebé nace y es automáticamente hijo del matrimonio que dio su embrión. Tiene nacionalidad norteamericana por lo que, para traerlo al país, hay que tramitar su pasaporte. La primera etapa se hará aquí y estará a cargo del doctor Pasqualini. Si todo va bien, en un mes y medio se le colocará el embrión a la madre sustituta en Miami. Después hay que esperar 14 días para hacer los test y confirmar que todo está saliendo como debe ser. «A partir de ese momento -asegura Brel-, todo depende de Dios, el universo o lo que cada uno crea».
Mientras realizaba las averiguacioneMÉ Paloma asistió a un Summer camp, un campamento de verano. La niña es parte importantísima del proyecto familiar y está más que entusiasmada con la idea de tener hermanitos. Según le dijo más de una vez a su mamá, la casa de Nordelta donde viven le queda grande a ella sola y quiere compartirla con un hermano o hermana más. A pesar de tener ocho años, sabe bien y entiende el trabajo que su mamá lleva adelante por la maternidad. Paralelamente al alquiler de vientre, Brel y su esposo iniciaron lo que se denomina un «Juicio voluntario» para adoptar a un niño de Haití. En la Argentina, desde el año pasado, las adopciones internacionales no están autorizadas y éste es el único camino para realizarlo. La pareja ya tiene la sentencia favorable y sólo falta la firma de Cancillería pero igual quisieron avanzar con el alquiler de vientre. Pase lo que lo pase con el tratamiento, Marisa y su marido tienen planeado adoptar un chico haitiano en un futuro cercano.
Según contó la periodista, ya comenzó a trabajar con la doctora Rosenfeld para impulsar en la Argentina la Lejii de Madres Subrogadas que permití™ ría legalizar en el país el alquiler de vientres. Mujer inquieta, también está trabajando con el gobierno de Daniel Scioli la nueva Ley de Adopción en la provincia de Buenos Aires que agilizaría el trámite de adopción. También tiene en carpeta dos libros más y un documental. Pero si hay algo a lo que ella le pone energía en este momento es a su familia, y los niños que vendrán. «Es que nací para ser madre -dice ella con orgullo-, y si puedo tendré seis hijos».
D. G. Foto: Laura Domínguez
Fuente: Pronto (Revista)