La piel no es ajena a los procesos de envejecimiento. La luz ultravioleta de los rayos solares a los que la piel del cuerpo se expone a diario, entre otros factores externos, los factores genéticos hereditarios y el paso natural de los años llevan a que la piel envejezca progresivamente.
La exposición excesiva a la luz solar, que contiene radiación ultravioleta de amplio espectro, puede acelerar el envejecimiento de la piel y facilitar la aparición de tumores y cánceres.
“Para prevenir el fotodaño es importante tener en cuenta:
El horario de exposición al sol. Debe evitarse la exposición intensa entre las 11 y las 16 horas
La ropa. Es preferible utilizar ropa adecuada: sombreros de ala ancha y ropa de trama ajustada.
El fototipo del protector solar. Los protectores solares deben ser como mínimo de 15 y 30 en casos de pieles muy blancas. Y hay que recordar que el protector debe aplicarse 30 minutos antes de la exposición solar y renovarlos cada dos horas, después de nadar o transpirar en exceso, incluso si los protectores son resistentes al agua”, sostiene el Dr. Javier Merediz, médico dermatólogo de Halitus Dermatología y Estética.
Es por eso que la fotoprotección correcta y la exposición moderada son requisito fundamental para el cuidado de la piel. Para la elección del fototipo correspondiente con el tipo de piel, lo más recomendable es consultar a un dermatólogo para asesorarse.
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