El HPV o Virus de Papiloma Humano infecta el tracto genital inferior: vulva, vagina, cuello uterino y región perianal. Y aunque es más frecuente en las mujeres, el hombre puede infectarse por HPV presentando las mismas lesiones que la mujer, expresándose como verrugas planas, como manchas en el pene o región perianal.
Si bien el porcentaje de infección en el hombre es menor, muchas veces actúa como reservorio y transmisor. La vacuna abre un camino importantísimo en la prevención del cáncer de cuello uterino y tal vez, en un futuro, permita la erradicación de esta enfermedad.
El HPV es una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes en la actualidad -se cree que entre el 70 y 80 por ciento de las población sexualmente activa estará infectada antes de los 50 años- y presenta más de 100 tipos. Dentro de esos tipos, hay algunos de alto riesgo que pueden llevar al cáncer. Si bien la mayoría de los tipos de HPV no tiene consecuencias graves, el 99,7 por ciento de los casos de cáncer de útero han sido producidos por esta enfermedad, lo que no significa que todas las mujeres que tengan el virus vayan a desarrollar cáncer de útero.
Diagnóstico
Según la Dra. Marianela Atencio, del departamento de Ginecología y Patología cervical de Halitus Instituto Médico, «La única manera en que las mujeres pueden detectarlo es si realizan la consulta ginecológica y se realizan un Papanicolau y una colposcopía. El Papanicolaou es un estudio ginecológico de rutina que, en estos casos, permite detectar la presencia del virus de HPV en el cuello del útero. Por otra parte, la colposcopía es un estudio simple -complementario al PAP- que permite observar el cuello uterino y que facilita la identificación de las lesiones provocadas por HPV».
Si bien la aparición de verrugas genitales es uno de los signos más frecuentes de la presencia de HPV -visibles en los labios externos o en los muslos, o invisibles por presentarse en la vagina o en el cuello del útero.»
El HPV no se cura, lo que se curan son las lesiones que provoca, esto no significa que la persona se cura de la infección, sino que sigue latente en el cuerpo y puede provocar otra lesión.
El uso del preservativo es, en primera instancia, una forma de minimizar el riesgo, si bien como la zona testicular y la base del pene
no están cubiertas, no elimina las posibilidades de contagio en un ciento por ciento. Por otra parte, debería evitarse compartir baños de inmersión, toallas y sábanas con quienes tienen HPV.
Tratamientos
En el caso de las verrugas vulvares o anales existen métodos conservadores como topicaciones con ácido tricloroacético en forma semanal o imiquimod, un inmunomodulador que se usa en forma de tópico o escicionales como criocirugía, o leep. El médico será el que, según el grado y tipo de lesiones, proponga el tratamiento adecuado para cada paciente.
La vacuna
«Las vacunas que existen actualmente no evitan el cáncer, lo que evitan es el contagio del HPV. Es ideal aplicársela a las pacientes jóvenes, que no han tenido aún relaciones sexuales, ya que no en esos casos, no ha existido posibilidad de contagio. Aún están en investigación las vacunas que tratan el HPV una vez producido el contagio», comenta la doctora Atencio.
Y el Dr. Sergio Pasqualini agrega: «Lo mejor que podría hacerse es la vacunación inteligente, es decir, a los grupos de mayor riesgo. La vacuna es más útil en regiones y personas más expuestas, aquellas que inician las relaciones sexuales muy tempranamente o que llevan una vida promiscua, Y, si bien el cáncer de cuello uterino tiene mayor incidencia en los niveles socioeconómicos bajos, el HPV no solo se presenta en esos niveles».
Hay dos vacunas en el mercado:
Gardasil: vacuna cuadrivalente contra los subtipos 16 y 18, los que causan aproximadamente el 70 por ciento de los cánceres de cuello, y contra los subtipos 6 y 11 que causan el 90 por ciento de las verrugas genitales. Dosis: tres aplicaciones, día 0, a los dos y a los seis meses. Vía intramuscular.
Cervarix: vacuna bivalente contra HPV 16 y 18. Dosis: tres aplicaciones, día 0, al mes y a los seis meses .Vía intramuscular.
«Estas vacunas tienen indicaciones específicas. Mujeres sin haber iniciado las relaciones sexuales entre 9 y 12 años. Y menor efectividad en aquellas de 13 a 26 sin actividad sexual», concluye la especialista.
Fuente: Ser Padres Hoy