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Por: entremujeres.com | 09/06/10

El factor masculino en infertilidad: una mirada desde el laboratorio


En más de un tercio de los casos la pareja no puede lograr un embarazo por problemas en el varón. Fernanda Urquiza, licenciada en genética del Laboratorio Humano de Halitus Instituto Médico, explica cómo se estudia al hombre y de qué manera la ciencia hoy permite atacar las causas que atentan contra el potencial reproductivo de los espermatozoides.

Durante años se creyó que la responsable de la demora en la llegada de un hijo era la mujer. Sin embargo, los especialistas en fertilidad subrayan cada vez más la importancia de la evaluación conjunta de la pareja, porque hoy las estadísticas muestran que en más de un tercio de los casos las causas de la infertilidad son de origen masculino.

Pero, ¿de qué hablamos cuando decimos «factor masculino»? Si bien la infertilidad es considerada siempre un problema de pareja, muchas veces el inconveniente se genera a partir de algún factor desencadenado en el hombre.

En los últimos años el factor masculino fue incrementando su importancia, un cambio que ha sido acompañado por una mayor concientización por parte del varón.

«La evaluación masculina inicial consiste en el interrogatorio, el examen físico y el espermograma. El análisis del semen o espermograma sigue siendo un examen imprescindible y el primer estudio que se le solicita al hombre que acude a consulta por infertilidad. Se recomienda realizar al menos 2 análisis seminales, y es recomendable una abstinencia sexual de 3 a 5 días, que nunca debe ser menor de 2 ni mayor de 7. A partir de los resultados, se solicitarán, de ser necesarios, otros exámenes», describe la licenciada Fernanda Urquiza, del laboratorio de humanos de Halitus Instituto Médico.

El laboratorio y las opciones de solución

Varias son también las opciones para solucionar el problema masculino y lograr un embarazo. La ciencia avanza a pasos agigantados y las posibles soluciones se multiplican. ¿Qué se hace en el laboratorio?

Un espermograma consiste en obtener una muestra seminal por masturbación luego de una abstinencia de tres a cuatro días. Si no se puede obtener la muestra de semen a través de estimulación sexual, se puede hacer una cirugía menor: una biopsia para recuperar espermatozoides.

Según Urquiza, «los indicadores utilizados para evaluar la calidad del semen en el espermograma clásico se diferencian en características físicas y microscópicas. En una primera instancia se analizan las características físicas de la muestra de semen: como el volumen de eyaculado, el color, viscosidad o consistencia, turbidez y PH del semen. Estas características tienen valor sobre todo cuando se analizan en conjunto con los otros indicadores.»

Características físicas

– El volumen del eyaculado: se considera normal un volumen de 2 a 6 ml. Si el volumen eyaculado es inferior a 2 ml. se llama hipospermia. En primer lugar hay que asegurarse que el hombre haya recogido correctamente la muestra. De ser así, es conveniente una evaluación con el andrólogo ya que puede deberse a una disminución de la función de las vesículas seminales o a una obstrucción en los conductos eyaculadores.

– El color: El semen normal tiene una apariencia homogénea y gris-opalescente.

– La viscosidad: la muestra debe ser capaz de caer en pequeñas gotas. Si forma un hilo al caer se considera que la viscosidad está aumentada. La causa de esto es desconocida. Si el líquido seminal es muy denso puede dificultar el movimiento progresivo de los espermatozoides. Las técnicas de mejoramiento espermático mejoran este problema.

– El PH: varía en un rango normal de 7,2 – 8,0. Las alteraciones del PH seminal son indicativas de alteración a nivel de la próstata o de las vesículas seminales. En la práctica, también se soluciona con la preparación del semen para inseminaciones intrauterinas ya que se elimina el plasma seminal.

– La turbidez: Si el semen aparecer menos opaco, es decir menos turbio, más transparente, la concentración de espermatozoides puede ser muy baja.

«El paso siguiente consiste en evaluar las características microscópicas de la muestra de semen, como son: el conteo de espermatozoides por mililitro es decir, la concentración, el conteo total de espermatozoides también llamado población, la movilidad, la viabilidad y la morfología de los espermatozoides y el conteo de células no espermáticas presentes en el eyaculado, como son las células epiteliales y especialmente los leucocitos ó glóbulos blancos», precisa Urquiza.

– La concentración de espermatozoides: se considera normal cuando es mayor o igual a 20.000.000. Sin embargo resulta frecuente observar embarazos con concentraciones entre 10 y 20.000.000/mL.

– La población: se considera normal cuando es mayor o igual a 40.000.000. Se calcula multiplicando la concentración de espermatozoides/mL por el volumen eyaculado.

– La movilidad de los espermatozoides: se considera normal cuando hay ≥ 50% de espermatozoides G2+3 (ó Ga+b); ó cuando hay ≥ 25% de espermatozoides G3 (Ga). La aglutinación puede ser un fenómeno normal siempre que no afecte a más del 10% de los espermatozoides del eyaculado. Y el número de espermatozoides móviles deberá ser mayor del 50%, y tener movimiento rápido y lineal al menos el 25%.

– La viabilidad: la cifra normal se considera 75 %.

– La morfología de Kruger: Los espermatozoides deberán tener un aspecto normal para poder ascender desde la vagina hasta las trompas y fecundar el óvulo. La OMS considera normal si hay un porcentaje mayor o igual al 30 % de espermatozoides normales; el sistema estricto de Kruger considera normal si existe un número mayor o igual al 14 % de espermatozoides normales.

Si los espermogramas realizados en el varón -generalmente se realiza más de uno- dan resultados normales, el paso siguiente es investigar cómo interactúan los espermatozoides en la vagina y cuello del útero. Esto es, se evalúa la compatibilidad entre el moco cervical de la mujer y los espermatozoides. Esto se llama Test de Hemizona o test postcoital. Esta prueba se realiza entre 3 a 8 horas después del coito y tiene el propósito de observar cuántos espermatozoides llegaron al cuello uterino y si mantienen una buena movilidad, en cuyo caso se deduce que son capaces de atravesar el moco cervical e ingresar en el útero.

Fuente: Instituto Halitus