Sin embargo, durante algunos momentos del embarazo representa un potencial riesgo para el desarrollo normal del feto.
Afortunadamente, desde que empezó a aplicarse, por norma, la vacuna contra la rubéola ha disminuido su incidencia drásticamente.
Ahora bien. Existen algunas cosas que una mujer debe saber Veamos:
1. Si la mujer llega al momento de buscar el embarazo y no tiene anticuerpos contra la rubéola, por la falta de vacunación o por no haberla padecido anteriormente, en ese caso, en la consulta que recibimos preconcepcional, el estudio de la rubéola, es decir, la serología, es mandataria.
En esa consulta, se solicita a la mujer un análisis de sangre en el que se pedirá un dosaje de los anticuerpos, dentro de los cuales se buscarán de dos tipos:
* Los IgM, que identifican una rubéola en actividad, una enfermedad aguda.
* En el caso de una mujer que va a buscar embarazo, lo que más se busca fundamentalmente son los IgG o presencia de anticuerpos que la protegen contra una futura infección por rubéola.
Esos anticuerpos, quizás, no la aislen en forma absoluta de la infección pero, en caso de tener una rubéola por segunda vez, la infección afrontará anticuerpos que, aun bajos, evitarán que el bebé se vea afectado. Y esto es fundamental saberlo.
2. Ahora bien, cuando uno indica, en la consulta, la vacuna contra la rubéola, antes de comenzar la búsqueda del embarazo, es importante aclarar que, si bien anteriormente se decía que la mujer debía esperar tres meses antes de buscar un bebé, hoy en día sostenemos que un mes es suficiente.
3. Si se aplica la vacuna de la rubéola y la mujer ya estaba embarazándose y lo desconocía o estaba en el momento de la ovulación o recién detectando el embarazo, en ese caso, el embrión en desarrollo no se verá afectado.
4. En cambio, si la mujer padece un episodio agudo de rubéola, antes del cuarto mes de gestación, la rubéola congénita puede, en un 80 por ciento de los casos, presentarse de distintas formas. Desde una sordera neurológica a otras patologías que pueden manifestarse y desarrollarse, en el bebé, al momento del nacimiento o más adelante.
Por eso, la mujer embarazada debe evitar el contacto con personas infectadas, ya sea la haya padecido con anterioridad o no, posea o no anticuerpos, dado que es posible que, aún si presenta los anticuerpos, pudiera padecerla nuevamente.
5. Cuando la rubéola se presenta después del cuarto mes de embarazo, las posibilidades de que el futuro bebé padezca algo normalmente no van a presentarse y ese bebé continuará desarrollándose normalmente.
Si una mujer que tiene anticuerpos IgG positivos se contagia una rubéola, aún en los cuatro primeros meses de gestación, no hay caso descripto, hasta ahora, de secuelas en el bebé luego de nacer. Es decir, esos anticuerpos hacen que la virulencia de la rubéola sea de menor intensidad y no llegue a afectar al futuro bebé.
6. Si la mujer, por error, se ha aplicado la vacuna contra la rubéola, estando ya embarazada, tampoco se ha descripto, hasta hoy, un contagio o un problema en el bebé.
Sin embargo, no está recomendada la aplicación de esta vacuna durante la gestación.
7. Es importante que las mujeres que están buscando un embarazo o aquellas mujeres embarazadas estén informadas porque el miedo es un factor paralizante, en un momento donde es fundamental accionar para la prevención.
Así, la consulta preconcepcional, una vez más, cobra vital importancia.
El doctor Sergio Pasqualini, autor de esta nota es Director de Halitus Instituto Médico.