Para que un embarazo tenga lugar hay una serie de factores que tienen que coexistir y producirse en forma coordinada: el ovario debe liberar un óvulo, debe haber presencia de espermatozoides alrededor del óvulo, las trompas deben estar sanas para poder movilizar al óvulo y que este logre encontrarse con los espermatozoides y que el embrión logre implantarse en el útero. Esto requiere que los óvulos y los espermatozoides cumplan con requisitos de morfología y funcionalidad y cualquier alteración en el mecanismo o en los factores fecundantes puede llevar a la infertilidad. La función ovárica está relacionada en forma directa con la edad ya que el período más fértil de la mujer es alrededor de los 25 años, disminuye lentamente hasta los 30 y algo más hasta los 35, acentuándose a partir de ese momento.
“En Halitus realizamos cerca de 1300 ciclos por años de los cuales el 13% se realizan por ovodonación. De ese porcentaje de tratamientos el 50% logra el objetivo”, dice el Dr. Sergio Pasqualini, Director Médico de Halitus Instituto Médico.
A partir de ahora, y con la posibilidad de aumentar las chances de éxito en el congelamiento y descongelamiento de óvulos a partir de la vitrificación, es posible que algunas mujeres puedan recurrir a sus propios óvulos criopreservados para la búsqueda de un embarazo provocando una disminución en los casos de ovodonación.
Esta conducta social de postergación de la familia estaría asociada a motivos personales, laborales y hasta económicos y enfrenta a los médicos, inevitablemente, con el mayor problema a tratar en la pareja que consulta por infertilidad, que es la función del ovario. Con el avance de la edad no sólo decrece el número de folículos antrales disponible en los ovarios sino que aumentan los problemas cromosómicos y funcionales de los óvulos.
Como resultado, en los últimos años se han realizado gran cantidad de investigaciones para que la ciencia pueda dar respuesta a este problema creciente. Cuando tejidos vivos son congelados bajo las condiciones correctas se detiene su envejecimiento. Este enfoque permitió durante largo tiempo el congelamiento de esperma y de embriones con muy buenos resultados. Hace unos años, y con el interés de darle la posibilidad a mujeres afectadas por un cáncer de criopreservar su fertilidad para un futuro, teniendo en cuenta las altas chances de sobrevida que hoy en día presentan los tratamientos para el cáncer, comenzaron a obtenerse los primeros resultados en el congelamiento de óvulos. Luego, la preocupación de médicos y científicos fue más allá y, de la misma manera que la criopreservación puede proteger a los óvulos de quimioterapia y radioterapia, comenzó a pensarse en la posibilidad de protegerlos de la pérdida natural y degeneración provocada por el envejecimiento. Halitus Instituto Médico fue el primero en nuestro país que en 1996 logró embriones producto de la fertilización de óvulos previamente criopreservados y presentó su primer nacimiento por esta técnica en el año 2000, y su segundo caso en el 2001.
Hoy cuenta con 4 casos en su haber, posicionándose como el de mayor casuística del país en criopreservación lenta con el reemplazo del sodio como medio cultivo por la colina (un descubrimiento llevado a cabo en el laboratorio del instituto y adoptado en todo el mundo por la mejora de los resultados). Halitus se ha sumado a los avances mundiales al descubrir en 1998 que una técnica de criopreservación probada anteriormente en ratones en Estados Unidos que consistía en reemplazar la mayor parte del sodio que generalmente contienen los medios de cultivo por una sustancia llamada colina, una base orgánica, evita el efecto tóxico que el sodio produce sobre los ovocitos durante el congelamiento. Este trabajo realizado en el laboratorio de Halitus tuvo repercusión global, fue citado en varias publicaciones científicas y reconocido por investigadores en todo el mundo.
Si bien estos resultados son buenos, hace un tiempo se comenzó con la técnica de vitrificación (criopreservación rápida) dado los buenos resultados reportados en la literatura médica. Hoy se cree que la vitrificación es la técnica que es utilizada para preservación de la fertilidad femenina en mujeres con alguna indicación médica pero incluso, comienza a ser una opción válida para aquellas mujeres sanas, sin indicación alguna. Esta técnica presenta algunos beneficios en relación a la criopreservación lenta. El procedimiento es menos complicado, evita la cristalización intracelular que puede dañar la célula aumentando así los resultados de éxito. Además, tiene menor costo de equipamiento y requiere de menos tiempo que el congelamiento lento que demanda al menos 140 minutos.
Sin embargo, no debe perderse de vista que desde una perspectiva biológica, lo mejor es no postergar la maternidad y lograr un embarazo antes de llegar a los 30 años. Cada vez más esta no es una opción para muchas mujeres y la realidad indica que muchas mujeres consultan deseando embarazarse cuando ya la función ovárica se encuentra declinando. Así, la vitrificación de óvulos abriría para ellas una nueva posibilidad de preservar la fertilidad a futuro.