Tras el éxito del Viagra, llega su homólogo femenino. Mientras los ensayos clínicos en mujeres con Sildenafil (nombre genérico de la famosa pastillita azul que devolvió la sonrisa a muchos hombres) siguen avanzando, en nuestro país y en el mundo aparecieron productos que aumentan el placer y la capacidad orgásmica femenina.
Al poco tiempo de lanzarse, Viacreme –un gel natural que a pesar de su sugerente nombre nada tiene que ver con el Viagra–, provocó un verdadero boom de ventas en los Estados Unidos. La codiciada crema, elaborada por un laboratorio suizo, no es un medicamento sino un producto cosmético. Su principal componente es la arginina, un aminoácido que provee óxido nítrico. Este elemento favorece la relajación muscular y la vasodilatación, con lo que facilita el goce sexual y el orgasmo. Las argentinas no deberán esperar mucho para probarlo, ya que durante este mes llegará a las farmacias el mismo producto, fabricado en el país. Se trata de Acrea, del laboratorio Aulio Gelio Argentina, y se trata de una crema que contiene arginina, mentol y aceite de jojoba. ‘En su composición hay productos naturales, no irritantes, que favorecen la rápida absorción de la arginina y también una mayor humectación y lubricación de los tejidos vaginales’, señalan los farmacéuticos Pablo Ballester y Fernando Prochazka, del mencionado laboratorio. |
Respuesta compleja
Hoy se admite que existe una disfunción sexual en la mujer que no es puramente psicológica, sino que puede tener origen orgánico.
‘La sexualidad femenina es infinitamente compleja, y tiene que ver tanto con lo físico como con lo vincular, lo afectivo y el juego amoroso previo’, señala la tocoginecóloga María Victoria Bertolino, especialista en Sexualidad del Departamento de Disfunciones Sexuales del Instituto Médico Halitus.
La respuesta sexual en la mujer tiene una fase de deseo, de excitación, y luego llega el orgasmo. Y al igual que en el hombre, la disfunción puede darse en cualquiera de estas etapas, y estar originada por problemas físicos, psicológicos o una combinación de ambos.
‘Ciertos períodos, como la maternidad o las deficiencias hormonales de la menopausia, provocan una disminución del deseo. También las preocupaciones económicas, laborales o la enfermedad de algún familiar quitan energía para involucrarse en una relación sexual’, dice Bertolino.
‘Del mismo modo actúan ciertas patologías como la diabetes, la hipertensión y el tabaquismo o las lesiones y traumatismos que alteran el flujo vascular hacia el área genital’, destaca la especialista.
Si existen infecciones que provocan irritación en la zona vaginal, primero hay que combatirlas. Si hubo abuso en la infancia, malas experiencias sexuales previas o dificultades de relación en la pareja, es preciso hacer una terapia. ‘Es importante encontrar la causa para implementar el mejor tratamiento’, agrega Bertolino.
Camino al orgasmo
Si bien no existen pruebas clínicas que avalen la eficacia de las cremas vasodilatadoras para la mujer (al ser productos cosméticos no requieren el mismo tipo de ensayos que una medicación), sus resultados, reflejados en las ventas, parecen ser auspiciosos.
‘La acción de la arginina como vasodilatador es conocida, y puede ser de gran utilidad cuando hay una alteración del flujo vascular hacia el clítoris. Pero las disfunciones sexuales tienen causas múltiples, y sería muy simple decir que se solucionan con un gel o una crema’, señala Bertolino.
Más escéptico, el endocrinólogo y sexólogo Alberto Nagelberg, de Genes (Grupo de Endocrinología, Nutrición y Esterilidad) señala: ‘La acción de estos productos podría deberse más a su forma de aplicación que a sus componentes activos, que están en dosis mínimas dado que no son fármacos’.
‘De todos modos, –admite Nagelberg– , si tenemos una paciente con una dificultad sexual y le proponemos que se autoestimule, a lo mejor lo toma mal. Pero si el masaje en el clítoris se hace con el objetivo de colocar la crema, la cosa cambia’.
Con todo, tanto el producto europeo como el nacional son altamente seguros, ya que no provocan acciones colaterales en otros órganos, ni dañan al preservativo o a los espermatozoides.
El desarrollo de Acrea, que costará 15 pesos en su presentación de 3 aplicaciones (contra los 39 dólares de su par europea), llevó algo más de dos años. Y estuvo apoyado en estudios de marketing que indican que hay una demanda no satisfecha de productos para mejorar la satisfacción sexual de la mujer.