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Por: MDZOL | 19/06/25

Sergio Pasqualini, sobre fertilidad: «Hay que incentivar su preservación»


En una entrevista exclusiva, el Dr. Pasqualini repasa los avances en fertilidad y cómo la inteligencia artificial redefine los tratamientos reproductivos.

El doctor Sergio Pasqualini fundó Halitus hace más de tres décadas, cuando la fertilidad asistida aún era un terreno poco explorado en Argentina. Desde entonces, acompañó miles de historias, vivió de cerca los grandes avances científicos y se convirtió en un referente en medicina reproductiva, con una mirada que integra ciencia, ética y sensibilidad.

Desde entonces, fue testigo y protagonista de logros que marcaron un antes y un después en la fertilidad: desde los primeros nacimientos con óvulos y embriones congelados hasta la incorporación de inteligencia artificial en los tratamientos. También vio cómo la medicina reproductiva dejó de ser un tema tabú para convertirse en una opción concreta y socialmente aceptada.

En esta nueva edición de entrevistas MDZ, el fundador de Halitus reflexiona sobre los cambios socioculturales que llevaron a las mujeres a postergar la maternidad, la importancia de preservar la fertilidad de forma preventiva y los nuevos desafíos que plantea la baja natalidad. Además, advierte que, si bien la tecnología es una gran aliada, la clave sigue siendo entender y respetar los tiempos de la naturaleza.

—En 1987 fundó el Centro Médico Halitus, que se especializa en fertilización. ¿Cómo era la situación en ese momento y qué lo motivó a usted a especializarse en esa área?

—Yo estaba terminando mi formación en el Hospital de Clínicas en el año 1978 y ahí, en un corrillo de pasillos, un revuelo. Era la noticia que había nacido el primer bebé de probeta. Yo estaba encaminado para el lado de la patología mamaria, la parte inmunológica, por la parte de herencia, por parte de mi madre, investigadora siempre en el tema del cáncer. Entonces ahí dije: “Por acá van a venir los mayores cambios en la especialidad, la nueva especialidad dentro de la ginecología, que es la fertilidad”.

Y me tocó trabajar mucho y por circunstancias diversas, y en el año 1987 le digo a mi madre: “Mamá, ¿quién me puede acompañar como biólogo en este proyecto que quiero hacer?”. Y me dijo: “Mirá, hay un doctor Carlos Quintans en el bioterio, en Ezeiza, en la CONEA”, y ahí partí y yo me pierdo siempre con el auto. Me perdí, maldije. No existía el Waze, no existía nada. Y ahí nos encontramos y nunca más nos separamos.

Y para esta especialidad, en esa época era el biólogo y el ginecólogo y la dupla esa, uno o dos personas más y ya estaba. Y ahí empezamos, era todo mucho más complicado. Las estimulaciones y las aspiraciones, estas últimas se hacían por laparoscopía, es decir, todo un evento quirúrgico mucho más complicado, hasta que luego apareció la aspiración folicular por la vía ecográfica transvaginal. Eso ha ayudado muchísimo. Y tuvimos la suerte, gracias a la sabiduría de Carlos, de ser pioneros en la mayoría de los grandes hitos de la especialidad, como ser el primer nacimiento con embriones congelados, el primer nacimiento con óvulos congelados, el primer ICSI, o sea la inyección del espermatozoide dentro del óvulo.

Y era una época artesanal, es decir, no había nada. Los medios de cultivo los fabricaba Carlos, las agujas, compraba por metros y las cortaba y les sacaba punta, las pipetas para hacer el ICSI, la inyección del espermatozoide con la microforja, las estiraba y las hacía, para pasar al día de hoy, que está todo mucho más armado, mucho más comercial, pero íbamos a los congresos y veías: «Uy, mira, ahí está Steptoe, mirá, ahí está Robert Edwards, el primero que hizo el primer bebé de probeta».

Fue una época gloriosa, en el cual fue vertiginoso también, porque no en tantos años Halitus tiene ahora 38 años, se vieron todos estos cambios maravillosos, acompañados de los cambios socioculturales, que después si querés hablamos de eso, que hacen lo que es al día de hoy la especialidad nuestra, donde los resultados son mucho mejores, pero donde aprendimos que la naturaleza es lo mejor que hay y que tenés que salir de lo natural si es que tenés que salir, y muchas veces combinar los avances tecnológicos con todo lo que podés hacer para mejorar la naturaleza. La naturaleza en cuanto al funcionamiento del organismo, tanto sea de la mujer como del hombre.

—Y usted recién nombró los cambios sociales. ¿Cómo influyen en cómo se habla de la fertilidad, en cómo una pareja consulta sobre fertilidad? ¿Influyen los cambios sociales?

—Los cambios sociales, culturales y económicos. Económicos en unos países más que en otros. Pero la realidad es que sí, cambió muchísimo. Las mujeres postergan la maternidad, muchas. Las mujeres deciden que no van a tener hijos, algunas. Algunas cambian y después nos consultan cuando ya es tarde, arrepentidas porque las cosas cambiaron y uno no sabe qué te depara el destino. Pero bueno, la realidad es esa y también hace de que ponele 15 años atrás, el promedio de edad de consulta de las mujeres era de 33 años, ahora son 37, 38, y en algunos países los nacimientos por in vitro ya son un porcentaje de los nacidos y eso fue acompañado de la menor cantidad de nacimientos, que es noticia todos los días, de cómo la natalidad bajó, cómo los hospitales y los sanatorios tienen menos nacimientos, y cómo ya empezó a haber vacantes en los jardines, que son los productos de los menos nacidos hace dos, tres, cuatro años, cosas que se van a ir trasladando a primer grado, segundo grado, tercer grado. Es decir, son cambios que han venido a instalarse y que uno prevé de que se van a quedar, seguro, y acentuar probablemente.

—En su opinión, ¿cuál sería la edad ideal para que una mujer vaya a consultar sobre su fertilidad?

—Yo creo que el primer… O sea nosotros cuando vemos a alguien que está queriendo tener un hijo, es nuestra oportunidad para tratar de encontrarle la vuelta a solucionar ese problema, pero encarrilarla en lo que estamos convencidos y que se sabe que son los hábitos saludables, que te llevan a una mayor longevidad, una disminución de enfermedades crónicas, de la inflamación sistémica crónica, que tanto se habla ahora, de la autoinmunidad, del cáncer, inclusive. Entonces ahí tenemos que engancharla y tratar de guiarla, ser los mentores para todo eso.

Pero también el rol fundamental lo tiene el ginecólogo, la ginecóloga, que son los que ven a las mujeres cuando no están buscando, ya sea por anticoncepción, porque quieren postergar o por lo que sea. Y ahí la realidad es que, amén de todos estos hábitos saludables y todo eso que está bien y es parte fundamental, el asesoramiento en vitrificar óvulos, es decir, la preservación de la fertilidad por medio de la vitrificación de los óvulos es lo más efectivo que hay, pero nosotros, por ejemplo, tenemos excelente, nosotros no, todos tenemos excelentes resultados con óvulos vitrificados para el programa de donación de óvulos, es decir, cuando una mujer necesita tratamiento con óvulo donado.

¿Pero por qué el éxito de eso? Porque son mujeres las que donan de menos de 32 años, sin problemas de fertilidad. Ahora, cuando te consulta, una mujer de 35, 36, 37 años para vitrificar óvulos, seguramente si la evaluás como potencial donante, no la tomarías. Es más, descartamos muchas que se acercan con menos de 32 años porque sabemos o la evaluamos y vemos que tiene la reserva por abajo de lo ideal para ser donante. Entonces evaluar tu reserva ovárica es el primer paso y vitrificar óvulos es el segundo.

No tanto, pasaba años atrás, pero al día de hoy sí. La técnica de la vitrificación está instalada y los resultados son buenos, pero va a resultar bueno de acuerdo a qué es lo que vos vitrificás. Un óvulo bueno bien vitrificado, el día de mañana tiene más chance, y hasta por una técnica de inteligencia artificial vos podés evaluar qué pronóstico tiene ese óvulo. Hay una técnica que es el Violet, que te va incorporando, como hace la inteligencia artificial, imágenes de miles de óvulos y te da el pronóstico de que ese óvulo el día de mañana te dé un buen embrión. Y eso es fantástico. O sea, todos estos cambios de los que hablábamos van acompañados fundamentalmente a un ritmo vertiginoso de lo que fue en el último tiempo la inteligencia artificial.

—¿Y hoy en día ustedes utilizan mucho la inteligencia artificial para la fertilidad o todavía se puede seguir desarrollando ese uso?—Va a seguir aumento, pero por ejemplo, esto que te predice cómo el óvulo puede comportarse cuando lo desvitrifiques, está bueno, pero también tenés la técnica Magenta, que también te dice qué chances tiene ese óvulo sin vitrificar para que te forme un buen embrión cuando hacés una fertilización in vitro. Vos ponés al día de hoy, los óvulos fertilizados en una incubadora time-lapse, que te saca fotos cada cinco, diez minutos y tenés el video de la evolución del embrión, que es un lindo recuerdo cuando se genera el embarazo, por supuesto, el bebé. Y ahí de acuerdo a eso, por inteligencia artificial después te los clasifica y te dice número uno, número dos, número tres, número cuatro. Y vos decís: «Bueno, transfiero este que es el que tiene mejores chances».

Entonces toda la inteligencia artificial, ya sea para medir por ahí por imágenes los folículos de la estimulación ovárica. Ahora estamos por ejemplo con inteligencia artificial para evaluar el endometrio, vos mandás imágenes del endometrio, que es la capa interna del útero donde va a implantar el embrión, lo mandás y con un software te hacen el cálculo de mayores o menores chances de ser receptivo. Entonces, vos, por ejemplo decís: «Bueno, estimule este ovario, esta estimulación por ahí me está afectando la receptividad, que lo dice este estudio, no transfiero, lo congelo y después lo transfiero en otro ciclo, en otras condiciones, si es que ese estudio me dice que está más receptivo».

O sea la inteligencia artificial está, la automatización está, es decir, que no mucho más tiempo todos los procesos, el laboratorio, van a tener cada vez más partes automáticas, es decir, el ICSI, o sea la inyección del espermatozoide del óvulo en forma automática ya existe. Falta que se instale, la vitrificación de óvulos también, por un dispositivo creado así, también te automatiza prácticamente todo. Es decir, todos esos avances son formidables. Nunca va a reemplazar al embriólogo, pero que lo va a ayudar, lo va a ayudar y va a ser mucho más simple y mucho más efectivo porque son procesos repetitivos. Entonces toda esa parte automática hace que el resultado final sea fantástico.

—¿En qué casos ustedes recomiendan preservar esa fertilidad? Por ejemplo, ¿puede ser en pacientes oncológicos?

—La parte reproductiva es la parte más sensible del cuerpo. Todo lo que afecte la salud en general puede afectar la fertilidad en mayor o menor medida de acuerdo a cómo está antes. Y la quimioterapia te afecta y los rayos te afectan, entonces, frente a un proceso oncológico, que va acompañado de mejores resultados frente a los tratamientos, hoy en día la evaluación de la posibilidad de preservar la fertilidad, ya sea congelando óvulos, ya sea congelando semen, ya sea tejido ovárico, tejido testicular, es una realidad que el oncólogo ya está acostumbrado a trabajar con el fertilógolo [sic] para que evalúe ese caso en particular. Hay por supuesto nacimiento ya con ese material que estuvo criopreservado porque evolucionó bien con su problema oncológico, que también al día de hoy, si por ejemplo, es riesgoso para esa mujer llevar adelante el embarazo, recurrís a la gestación por sustitución, es decir, que otra mujer te lleve adelante el embarazo.

—¿Hoy en día está legalizado eso en Argentina?

—La legalización de la gestación por sustitución no está. La gestación por sustitución es lo que más controversia genera. Tanto es así que la reforma del Código Civil y Comercial no fue incorporado y en este momento hay una investigación por parte de la Justicia, investigación si hubo delito en algunos casos, no por haber hecho la gestación por sustitución, si es que se sobrepasó alguna línea de las cosas que sí entran en un marco de la no legalidad.

—¿Todavía hay barreras económicas, sociales o culturales que limitan el acceso a los tratamientos?

—La Argentina, con la sanción de la ley de la cobertura, fue muy generoso, es decir, en muchos países no está cubierto. En nuestro país sí está cubierto y es muy generosa la ley. Eso permitió que muchas personas, parejas, que no podían acceder por un tema económico tengan la oportunidad. Eso sí es real. Y el país en eso está muy bien.

—¿Por qué motivo consulta más la gente?

—La dificultad más grande que tenemos es con la calidad de los óvulos, que está relacionada en forma directa con la edad. Es decir, las jóvenes que deciden tener hijos en general muchas la tienen y no consultan. Ahora muchas que empiezan a buscar más tarde son las que no lo logran y por eso consultan. Las consultas son más tempranas que antes. O sea, ninguna mujer le decís: «Esperá un año para ver si hacemos algo. O sea, el tiempo te corre», y aparte los avances hacen de que también vos no puedas decir: «Esta mujer se va a embarazar sola», porque evaluaste si está todo bien, porque a pesar de que está todo bien, puede haber algo que esté dificultando.

Se indica la fertilización in vitro con mucha más premura, porque fundamentalmente si no lográs el embarazo en el primer intento, te da diagnóstico, te da información que no la tenés si no hacés el tratamiento y eso te sirve para ver realmente qué es lo que está pasando en ese caso en particular. Y las conclusiones que vos saques son las que van a marcar el camino a seguir a partir de ahí, vos podés hacer una in vitro y le aconsejás a la pareja: «Mirá, no vale la pena seguir —o a la mujer sola porque por ahí es una mujer sola— no vale la pena seguir por este camino». Podés ir por el sexto intento y decirle: «Mirá, sí vale la pena seguir adelante por esta vía».

Pero muchas veces, frente a un in vitro fallido, por ahí ves que las mayores posibilidades van por la vía natural, paradójicamente. Y entonces ahí apuntás a poner todo sobre la parrilla: hacés acupuntura, hacés el programa de reseteo intestinal que estamos haciendo, cambiás la alimentación y hacés todo lo que vos puedas. Mucho ejercicio físico. Le damos mucha importancia a la sexualidad por la importancia que tiene para movilizar moléculas y hormonas con una buena sexualidad, y muchas veces ahí lográs lo que no lograste con el in vitro por la vía natural. Es decir, el in vitro es una buena herramienta que no es para todas las mujeres, pero probar a ver si lo es cuando lo necesita, es fundamental.

—¿Y cuáles son los mitos que todavía siguen al día de hoy sobre la fertilidad?

—Te diría que cada vez menos. Cuando uno empezó con esto, era complicado, ya sea por los grupos conservadores o por la Iglesia. Es decir, nos sentaban en entrevistas así, pero era frente a obispos, curas y nos daban para tener y para repartir. Es decir, no estaban… Ahora todo eso fue pasando el tiempo, se fue incorporando y ya nadie, salvo los que están muy en contra, los muy conservadores y algún espectro de la Iglesia que están en contra. O sea la Iglesia por ahí muchos curas y eso no están en contra, hasta te derivan pacientes, pero cuando tienen que expedir su pensamiento te van a decir obviamente los lineamientos que vienen de la Iglesia, pero ya nadie discute la importancia y la seguridad de estas técnicas y que dan la solución cuando otras cosas no funcionaron.

—¿Cree que hay suficiente educación reproductiva en los jóvenes o que todavía es un pendiente de la sociedad?

—Yo pienso que cada vez se sabe más. Tenés que incentivar más en la importancia de preservar la fertilidad y la importancia de que lo que vos pensás hoy puede ser no lo que vos pienses el día de mañana en relación a: «Hoy no quiero tener hijos y nunca voy a querer tener hijos», porque uno que está del otro lado, ve esos casos que cambian de idea y la realidad es que existen. Entonces no sabemos cuántos no cambian porque esos nunca consultan, pero sí vemos los que consultan, entonces saber que el cambio de idea puede ser. También no ir a lo definitivo. Hoy ves chicos jóvenes que van a la vasectomía, a ligarse los conductos para no tener hijos y eso es un método que tenés que recurrir a una cirugía o a un in vitro, es decir, tenés otras herramientas. Hacerlo cuando vos tenés cuatro hijos o no querés tener más, es una cosa. Ese tipo de información y de cosas está bueno, y los chicos se mandan muchas veces con cosas del momento o a corto plazo, sin pensar mucho más en el día de mañana, ya sea eso lo ves en todo, en lo laboral, en toda la forma que se maneja.

—¿Y qué es el método ROPA?

—El método ROPA es cuando dos mujeres quieren tener un hijo y las dos participan, es decir, una aporta los óvulos, que se estimula los ovarios, se hace la aspiración folicular, se junta con un espermatozoide de un donante porque son dos mujeres, y ese embrión formado lo lleva adelante el embarazo la otra. Entonces de esa forma participan la dos: una aporta los óvulos y la otra lleva adelante el embarazo.

—¿Es una práctica que ustedes están viendo cada vez más o no tanto?

—Las parejas de dos mujeres y las parejas de dos hombres son más frecuentes que antes. Esa es una realidad. Los dos hombres tienen que recurrir a la gestación por sustitución. Las dos mujeres, puede llevar adelante el embarazo una simplemente con una inseminación con sus óvulos, llevando adelante el embarazo o el método ROPA. Yo diría que las parejas de dos mujeres optan más por el método ROPA, que por el método de la inseminación y llevar adelante el embarazo. Pero por supuesto, te vienen dos, una no puede, ya sea por la edad que no tiene reserva ovárica o algo, bueno, esa lleva el embarazo y no pueden elegir a veces lo que quisieran, sino que tenés que manejarte frente a la particularidad de cada caso de las parejas.

—Y para ir cerrando, me gustaría que le dé un consejo a aquellas parejas que están buscando tener un hijo y que no están pudiendo, ¿qué pueden hacer?

—Fundamentalmente, saber que, así como nosotros, el embrión lo tenemos que tener en una buena incubadora, con la temperatura en un buen medio de cultivo y todo, que el organismo es tu incubadora, tenés que ponerla en las mejores condiciones, hábitos saludables, eso es fundamental y entrenarte para hacerlo. O sea, si vos tenés una pareja, la mujer de 25 años por ahí fuma, hace todo mal y se embaraza de una. Ahora, si vos tenés más de 35, entrenate y preparate, porque lo mismo que vas a correr una carrera, con 25 años dormiste mal, medio que sé yo, llegás, a los 35 tenés que entrenarte.

Y después consultar lo más rápido posible, no tenerle miedo al in vitro, porque eso de nuevo, se hace cada vez más rápido, porque vas a tener información y si se logra el embarazo ya está. Y saber de que tenés que apuntar, si es que es posible, no solo al in vitro, sino a lo natural, porque vos ves parejas que por ejemplo consultan, le hacen in vitro, dos in vitro, tres in vitro y le dijeron: «¿Nunca te dijeron de tener relaciones con esta pastillita para regular la ovulación, pudiéndose embarazar naturalmente?». No, se abocaron al in vitro y el in vitro está bueno, pero vos no sabés. Si vos vas al casino y ponés un pleno. No es lo mismo que pongas al pleno y al rojo o al rojo y negro. O sea, jugás todas las cartas que tengas y ahí vas a tener las mayores posibilidades.

Y si repetís el in vitro, no repetirlo siempre exactamente igual. Tampoco demorar porque vos te querés entrenar y preparar. No, porque a lo mejor lo hacés y estás recién empezando el camino de hacer las cosas de hábitos saludables. Y si eso no te sirve, por ahí primero, así fracasa, pero así por ahí te sirve para el segundo. Es decir, si tenés 37, 38 años no le podés decir: «Preparate un año y después salimos a la cancha», porque ese año puede jugar en contra.

Mirá la entrevista completa al Dr. Sergio Pasqualini sobre fertilidad:

 


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