¿Sabías que 1 de cada 10 mujeres en edad reproductiva tiene endometriosis? En el Día Mundial de la Endometriosis exploraremos sobre qué es esta enfermedad, cuáles son los síntomas particulares, su relación e impacto en la fertilidad y la microbiota. ¿Querés saber más?
Se trata de una enfermedad inflamatoria, hormono dependiente, caracterizada por la presencia de tejido endometrial localizado por fuera de su ubicación normal, que es la cavidad uterina. Es una enfermedad que afecta a millones de mujeres en todo el mundo y según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la padecen cerca del 10% de las mujeres en edad reproductiva. Su aparición puede ser causal de dolores menstruales, o en cualquier momento del ciclo, al mantener relaciones sexuales, o incluso infertilidad, aunque también puede cursar de forma asintomática.
Aunque su prevalencia es más alta entre los 30 y los 40 años, puede afectar en cualquier momento de la vida reproductiva, es decir, mientras estén presentes los ciclos menstruales. ¿Cuáles son las condiciones que se asocian a un mayor riesgo de presentarla?. Tener antecedentes en la familia, haber tenido la primera menstruación antes de los 11 años, ciclos menstruales cortos (menos de 27 días), o intensos y que duren más de 7 días.
Si bien la endometriosis tiene algunos síntomas muy característicos, en algunas mujeres se manifiesta de manera poco tradicional, lo cual retrasa su tratamiento y muchas veces pone en riesgo la fertilidad. Los síntomas más conocidos son:
Es importante resaltar que el dolor menstrual, síntoma cardial de la endometriosis, no es normal. Es cierto que el dolor puede ser percibido diferente por cada persona, pero no debemos generalizar que “menstruar duele” ya que es una de las causas más frecuentes por las que se demora el diagnostico; si bien la mujer puede sentir alguna molestia durante el período menstrual, no debería modificar sus actividades cotidianas.
La presencia de endometriosis no es sinónimo de infertilidad, más aún si es de grado leve. Lo que se debe destacar es que esta enfermedad inflamatoria puede llegar a ser causal de una disminución prematura de la reserva ovárica y que en ocasiones se presenta con quistes en los ovarios, por eso es importante evaluar la decisión del tratamiento a seguir.
Se calcula que un 40% de las mujeres que consultan por infertilidad padecen endometriosis. Muchas de las que sí se embarazan pueden presentar algún grado de endometriosis y nunca se enteran porque logran la gestación; mientras que otras, pueden padecerla y ser esta patología responsable en gran medida de su infertilidad: ya sea por adherencias pelvianas que podrían afectar la correcta permeabilidad tubaria o bien alterando la posibilidad de una adecuada ovulación por presencia de quistes ováricos, como así también afectando la adecuada implantación en casos de adenomiosis uterina.
La microbiota es la población de microorganismos presentes en los distintos órganos como el intestino, la boca, la piel, la vagina, la cavidad uterina. El microbioma representa a los microorganismos con sus elementos genéticos y las interacciones que establecen en el medio ambiente en que conviven.
La microbiota interviene y regula distintas funciones fisiológicas y puede vincularse con la aparición y evolución de enfermedades inflamatorias y autoinmunes, como lo es la endometriosis. La microbiota que abarca la mayor cantidad de microorganismos y la que mejor conocemos es la intestinal; su funcionamiento adecuado o no, será reflejo de lo que pueda estar sucediendo en el resto de las microbiotas del cuerpo. Cuando la mujer presenta mal funcionamiento intestinal, la microbiota está empobrecida, se produce una alteración en la activación del estrógeno que genera cambios hormonales asimismo una microbiota en disbiosis o desequilibrio contribuye a aumentar algo que se conoce como síndrome inflamatorio. La inflamación es la forma que tiene el cuerpo de protegernos, la dificultad radica cuando ese sistema inflamatorio queda latente, activo y perpetuado en el tiempo se vuelve crónico aun siendo de bajo grado. Esto conduce a un aceleramiento en el envejecimiento celular que a nivel reproductivo femenino podemos ver su impacto en la microbiota genital impactando en la reserva ovárica, calidad embrionaria, implantación y desarrollo de un embarazo saludable: inflammaging es el término que utilizamos para este proceso.
Las pacientes con endometriosis presentan ese estado inflamatorio particular de la enfermedad, parte de su abordaje debería contemplar el estado de salud de su microbiota, lo que podría de esta manera contribuir a mejorar sustancialmente la sintomatología física y psíquica. Las causas que originan la endometriosis son diversas y no concluyentes pero muchos estudios recientes discuten la relación favorable con la alimentación antinflamatoria y suplementación personalizada en este grupo de mujeres. Como así también manejo del strees, ejercicio físico y descanso adecuado.
Es por eso que hoy día ya nadie duda, y casi todos los especialistas adherimos, a la idea de que la salud reproductiva de una persona está íntimamente relacionada con la salud de su intestino y cómo la microbiota tiene un rol fundamental en la salud.
En resumen, podemos concluir entonces que la endometriosis es una enfermedad multifactorial y puede presentarse de manera diferente en cada mujer, lo que a su vez impactará en la forma de abordarla. Si bien no tiene cura, existen tratamientos que son útiles para su control. Puede decirse que existen tantas endometriosis como pacientes que la presentan: diferentes grados, distintas causas, síntomas diversos, por lo que el abordaje debe ser interdisciplinario y funcional a cada mujer.