La alimentación de un individuo se basa en los alimentos que ingiere, mientras que la nutrición son los procesos que el organismo realiza para utilizar los nutrientes. Por lo tanto, es necesaria una alimentación saludable para una consecuente nutrición saludable.
El sistema digestivo es una parte fundamental de la nutrición, dado que a través de la pared intestinal se absorben los diferentes nutrientes. Puede suceder que esta absorción se encuentre comprometida si el intestino está inflamado, ya sea por una afección de base o como consecuencia de una reacción autoinmune (por ejemplo, por la ingesta de gluten en personas celíacas). Existen otras alteraciones que llevan a la inflamación intestinal como la calidad de la alimentación habitual. Esta inflamación modifica negativamente la permeabilidad de la mucosa intestinal, en consecuencia, la absorción de nutrientes es insuficiente, y afecta la calidad de la flora intestinal.
«La flora intestinal, también llamada microbiota, es el conjunto de bacterias y hongos que habitan en nuestro intestino naturalmente. Cada uno de nosotros tiene una microbiota particular que está influenciada por nuestra alimentación, nuestro ambiente, nuestra edad o estado hormonal, el estrés y el uso de antibióticos», explica la nutricionista Julieta Lupardo.
Y sobre la misma línea, el director científico de Halitos, el doctor Sergio Pasqualini manifiesta que «la microbiota está siendo estudiada cada vez más y relacionada con diferentes patologías donde la fertilidad e infertilidad se encuentran incluidas. Es por esto, que, al tener una relación directa con la alimentación, se necesita evaluar cómo nos estamos alimentando y ver si debemos realizar alguna modificación para mejorar nuestra microbiota y desinflamar el intestino».
«En lo que respecta a fertilidad, se está investigando la influencia que tiene la microbiota con la calidad espermática del hombre, y se analiza la relación de las bacterias predominantes en la muestra y los parámetros de calidad
seminal por los que pueden verse alterados. En mujeres, se relaciona la calidad de la microbiota con el desarrollo folicular, la reserva ovárica y la receptividad endometrial a la hora de la implantación del embrión. Por tanto, la microbiota podría afectar al desarrollo de las células sexuales o gametos, tanto en hombres como en mujeres», asegura Pasqualini.
Mientras que Lupardo recomienda: «La consulta con la nutricionista especializada en fertilidad, debería formar parte de la evaluación de la mujer que desea un embarazo indagando acerca de la alimentación, nutrición diaria y funcionamiento intestinal».
Una adecuada alimentación que lleve a una correcta nutrición puede colaborar a lograr el embarazo por la vía natural si es que esto fuese factible, o por medio de algún tratamiento si es que estuviese indicado.