Habitualmente, se asocia a la sequedad vaginal con la menopausia. Si bien es cierto que la caída de la producción de hormonas sexuales femeninas es una de las causas de esta molesta e incómoda condición, existen muchas otras causas que pueden ocasionarla, por lo que no solo afecta a las mujeres en determinada etapa de la vida.
También la pueden padecer las mujeres que fuman, las que sufren estrés en forma grave o diabetes, las que reciben distintas formas de tratamiento para el cáncer (hormonoterapia, quimioterapia, radioterapia) o las que han tenido una cirugía para la extirpación de ovarios, entre otras.
Todas esas condiciones llevan a experimentar una disminución en la cantidad de fluidos producidos en la vagina. Pero sea, cual fuere su causa, es importante tratar la sequedad vaginal, ya que además del malestar que conlleva y la dificultad para tener relaciones sexuales que impone, puede provocar la aparición de infecciones urinarias a repetición, disfunciones sexuales secundarias e importantes repercusiones en la calidad de vida de quienes la padecen.
“Muchas mujeres desconocen la posibilidad de mejorar su confort sexual y pasan años soportando dolor y malestar porque creen que no tiene solución, porque piensan que este tipo de padecimiento es parte de la normalidad, o por considerar que su trastorno no es una prioridad en el cuidado de su salud”, comentó la doctora Beatriz Literat, especialista del Halitus Instituto Médico.
Sin embargo, agrega, “la medicina sexual moderna revela la estrecha relación que existe entre los aspectos psicológicos, biológicos y sociales de la salud sexual y ginecológica, de tal modo que, cuando estos problemas que afectan tanto su cotidianidad se resuelven, la vida de esa mujer mejora de manera significativa”.
En primer lugar, es importante consultar al médico ginecólogo cuando aparece alguno de los siguientes síntomas: ardor al orinar, sangrado leve después de la relación sexual, dolor durante la relación sexual, flujo vaginal leve y dolor, ardor o picazón en la vagina.
Ante esa consulta, se suelen implementar las siguientes herramientas diagnósticas: un examen de la pelvis que evalúe si las paredes vaginales están delgadas, pálidas o rojas; también se puede analizar el flujo vaginal para descartar otras causas de la afección y realizar exámenes de los niveles hormonales para averiguar si se ha llegado a la menopausia.
Es que una de las principales causas de la sequedad vaginal es la disminución de los niveles de estrógenos, que hacen que el tejido de la vagina se encoja y se vuelva más delgado, ocasionando resequedad e inflamación. Además, la vagina también puede resultar irritada por el uso de ciertos jabones, lociones, perfumes o duchas, así como también por determinados medicamentos, el tabaquismo, los tampones y los condones también pueden causar o empeorar la resequedad vaginal.
Sea cual sea su causa, lo importante es que existen diferentes formas de tratar con éxito la sequedad vaginal. Muchas veces, basta con el uso de geles lubricantes o cremas humectantes especialmente desarrolladas para su tratamiento.
En otros casos, simplemente es necesario evitar el uso de ciertos productos que puedan estar causándola, como jabones, lociones, perfumes y duchas con fragancia.
Ciertas hormonoterapias, ya sea en forma de parches o pastillas, pueden dar buenos resultados, si el problema es la falta de hormonas. Y, finalmente, uno de los métodos más modernos es el uso del láser vaginal.