Según la Dirección Nacional de Estadísticas e Información de la Salud, entre 2014 y 2019, los embarazos adolescentes descendieron un 39% en promedio. Sin embargo, un informe de las Naciones Unidas sobre el impacto de la pandemia de Covid-19 en el acceso a los métodos anticonceptivos en la región proyectó que “en el mejor escenario”, habrá un retroceso en los avances alcanzados equivalente a 20 años.
Las restricciones que impuso la pandemia de coronavirus en el mundo limitó el acceso a los métodos anticonceptivos para miles de adolescentes y, aunque todavía no existen cifras oficiales actualizadas, diferentes organismos y especialistas temen que esta realidad pueda desencadenar un aumento en la tasa de embarazos entre las mujeres de 12 a 19 años.
Un informe técnico del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) realizado en el 2020 sobre el impacto de la pandemia de Covid-19 en el acceso a los métodos anticonceptivos en la región por la restricción de los servicios de salud proyectó que «en el mejor escenario» (la cuarentena no se extiende más se seis meses), habrá un retroceso equivalente a 20 años en la prevención de embarazos adolescentes.
“La dificultad en el acceso por parte de las usuarias a los métodos que hubo durante la pandemia, es la razón por la que ésta podría repercutir de manera negativa, porque si bien aún no existen números, la sospecha es que pueden aumentar las cifras de embarazos no intencionales dada la barrera que la situación generó al acceso a los métodos anticonceptivos más usados», explicó la Dra. María Elisa Moltoni (M.N. 114.737), ginecóloga de Halitus Instituto Médico.
Ante este escenario, el sistema de salud intentó rediseñar estrategias, como por ejemplo, «la consejería anticonceptiva por telemedicina y avalar la extensión en el “vencimiento” de los implantes y dispositivos intrauterinos, pero éstas pueden haber sido insuficientes«, advirtió la experta.
El embarazo no intencional constituye un enorme y grave problema dentro del campo de la Salud Pública en general y para la mujer en particular. «No solo porque se asocia a una mayor morbilidad y a mayor riesgo de complicaciones, tanto para la madre como para el feto, sino porque un alto porcentaje de estos embarazos terminan en abortos«, aseguró Moltoni.
En adolescentes la cifra de embarazos no planificados asciende a casi 70%, según datos del 2018 del SIP-G, sistema de información perinatal, MSAL.
Según esta misma fuente, en Argentina la tasa de embarazo en adolescentes es del 19.2%, pero, como en otros indicadores de salud, hay enormes disparidades por región. Esta cifra, aún elevada, ha ido bajando en los últimos años, pero también con diferencias entre regiones, lo que pone de manifiesto la estrecha relación entre pobreza y fecundidad adolescente.
«Las causas de este descenso son multifactoriales. Podemos destacar los logros del Plan Nacional ENIA ( Embarazo no Intencional en la Adolescencia), la ESI y el aumento al acceso a métodos anticonceptivos, sobre todos los conocidos como los de larga duración», afirmó la doctora.
«Es complejo, nunca podríamos hablar de una sola forma. A su vez no todos los embarazos adolescentes son no planificados. La solución probablemente deba involucrar y comprometer a toda la sociedad, así como al sistema educativo y de salud. No basta con contar con la provisión gratuita de un método anticonceptivo, hay que pensar en la Educación sexual Integral (ESI). Además de prevenir el embarazo, debemos educar en conductas sexuales seguras, respeto al propio cuerpo y al de los demás, y prevención de abuso», remarcó la ginecóloga.
Una de las estrategias que está teniendo mayor impacto en cifras es el aumento del uso de los métodos anticonceptivos de larga duración reversibles, que son el DIU, el SIU y los implantes anticonceptivos. Otra, es la provisión de un método anticonceptivo inmediatamente post evento obstétrico (AIPEO). Es decir, que la adolescente o mujer deje la institución de salud post parto, cesárea o aborto con un método que ella elija, por ejemplo, un DIU colocado. De esa forma se evitan perder oportunidades de anticoncepción en mujeres con acceso dificultoso, ya que, de acuerdo con datos del Plan ENIA 2017-2019, una de cada cuatro chicas que tuvo su primer hijo precozmente tendrá el segundo antes de cumplir 19 años. En el 80% de las maternidades públicas del país, el 29% de las adolescentes fue madre por segunda o tercera vez antes de los 20, de acuerdo con las estadísticas nacionales. El Plan ENIA en nuestro país trabaja hace un tiempo en esas estrategias, entre otras.
«Las mujeres tienen derecho a disfrutar su sexualidad y decidir si quieren tener hijos, o a decidir cuándo es el mejor momento para tenerlos. Dar buena anticoncepción es la mejor forma de prevención de embarazos no intencionales y del aborto«, advirtió Moltoni, y concluyó: «Todas las personas deben tener la educación suficiente para conocer los métodos disponibles, poder acceder a ellos, en lo posible gratuitamente, y contar con un asesoramiento profesional que ayude a decidir el mejor método para esa persona, en base a sus preferencias, creencias, condiciones de salud y disponibilidad».